viernes, 24 de octubre de 2014

Capítulo 3: Te educaré


Estela acaba de desmayarse en brazos de Alexis, dejando sorprendida a Carlota, pero a la vez asustada ya que su prometido la descubrió pegándole a la muchacha. Alexis carga a Estela en sus brazos y la lleva hasta su cuarto.



Alexis: Llama un médico rápido Carlota. Estela tiene mucha fiebre.

Carlota: Claro mi amor, ya mismo lo haré.

Una vez que Carlota se queda sola, frunce el ceño. Isabel aparece en la cocina con una bata puesta y desmaquillada.



Isabel: ¿Mamá qué haces a esta hora levantada? Escuché unos ruidos y me levanté a ver que pasaba.

Carlota (molesta): Ahora no me preguntes nada Isabel. ¡Estoy furiosa con la maldita zarrapastrosa esa! La detesto. Por culpa de ella, ahora Alexis debe estar pensando la peor de las barbaridades sobre mí (preocupada).

Isabel: ¿Y qué fue lo que pasó? ¿Alexis se quedó a dormir aquí?

Carlota: Sí, estaba un poco tomado y en ese estado no podía conducir, así que lo convencí para que se quedara. El problema es que levanté a la sucia de Estela para que levantara a preparar un desayuno delicioso para él, pero tal parece que la estúpida tenía fiebre y yo le di una ducha para que me obedeciera porque no quería levantarse de la cama.

Isabel: (riéndose) ¿La duchaste obligada? Ay mamá. Te pasaste un poco, ¿no crees? ¿Y si le da una pulmonía?

Carlota: Poco me importa lo que pase con esa sucia. El caso es que se desmayó y Alexis acaba de llevársela a su cuarto. Me vio golpeándola. ¿Te das cuenta? Si Estela le dice a Alexis la manera en la que la he tratado, podría enojarse severamente conmigo, por culpa de ella (Desesperada). ¡Maldición!

Isabel: Tienes que tranquilizarte mami. Mostrándote inquieta no servirá de nada.

Carlota: ¿Y cómo quieres que me tranquilice? Esta pequeñez podría cambiar las cosas entre él y yo y eso no me conviene, menos ahora que tengo Alexis comiendo de la palma de mi mano.

Isabel se queda pensativa un momento.

Carlota (extrañada): ¿En qué piensas Isabel?

Isabel: ¿Te acuerdas de nuestro amigo, el Doctor Alcaraz?

Carlota: Por supuesto, el director del hospital psiquiátrico. ¿Qué tiene que ver él en todo esto?

Isabel: Se me ocurrió una idea para evitar que Alexis se moleste contigo en caso tal de que Estela le llegue a contar algo. Tú vas a decirle a Alexis que ella, desde niña ha padecido síntomas de esquizofrenia y paranoia.

Carlota: ¿Y eso de qué podría servirme?

Isabel: ¡Muy fácil mamá! Le vas a hacer creer que Estela está loca, resultado de que tuvo una difícil adolescencia y por eso, sufre de delirio de persecución, de que todos quieren hacerle daño, incluida tú. De esa manera, cuando Estela le cuente a Alexis qué pasó, él creerá que son síntomas de su supuesta enfermedad mental.

Carlota: (sonriendo) Me parece una excelente idea hija. Me encanta. Tenemos que hacerlo más creíble. Voy a llamar al Doctor Alcaraz para que sea él quien atienda a Estela, pero primero tengo que hablar con él para que me sustente el engaño. Él nos debe varios favores.

Isabel: Exactamente. Por eso te lo mencioné. Es un viejo asqueroso que se aprovecha de la enfermedad de sus pacientes para violarlas (Habla con asco). Debe agradecer que no lo hayamos denunciado para que lo metan a la cárcel y cierren ese hospital.

Madre e hija se miran con complicidad.

HORAS DESPUÉS
INT. / MANSIÓN DOS SANTOS, CUARTO DE ESTELA / DÍA


El Doctor Alcaraz, amigo personal de Carlota e Isabel, está examinando a Estela. Ella está despierta, pero todavía se encuentra muy débil. En la puerta, aguardan Alexis y Carlota.



Carlota: (hablando en voz baja) Espero que el Doctor Alcaraz logre darle algún medicamento a Estela. ¿Te imaginas mi amor? Fue capaz de meterse a la ducha en plena madrugada y luego fue a la cocina a romper mi vajilla.

Alexis (impresionado): Todavía no puedo creer que Estela esté mal de la cabeza.

Carlota: Por eso mismo me levanté para calmarla de su ataque nervioso. Ya ves que la pobre no consiente verme, me tiene un miedo injustificado. Ella piensa que quiero hacerle daño, pero no es así. La paranoia que padece no le permite darse cuenta que yo quiero ayudarla.

Alexis: ¿Y si está enferma mentalmente por qué permites que trabaje como una sirvienta Carlota? Ella necesita estar en un lugar donde pueda ser tratada por especialistas.

Carlota: Tienes razón, pero me dolería mucho hacer eso, además sus hermanos no lo permitirían. Por eso prefiero que sea tratada por el Doctor Alcaraz, él es un buen amigo mío.

Alexis: Pobre muchacha. Se ve que el sufrimiento ha afectado mucho su salud mental. Con razón se vestía de hombre. Ya veo por qué es tan tímida. Me recuerda a mi hermana.

Carlota: (fingiendo pena) Es una situación muy dolorosa. Yo todavía no logro asimilarla. Mi sobrina, una muchacha que no llega ni a los veinticinco años (negando con la cabeza).

En ese momento, el Doctor Alcaraz termina de examinar a Estela, por lo que se acerca a Carlota y a Alexis. Éste último no se da cuenta que Carlota y el Doctor se sonríe entre sí con malicia.

Alexis: ¿Cómo está Estela, Doctor?

Doctor: Desgraciadamente está mal. La falta de medicación fue la causante de que tuviera ese ataque nervioso, que de paso le subió la presión. Esa es la explicación al por qué tenía la temperatura alta (Miente). Lo mejor es que guarde mucho reposo y se tome los medicamentos que le voy a recetar.

El Doctor apunta en una libreta una serie de nombres de diversos medicamentos. Luego arranca la hoja y se la entrega a Alexis.

Alexis: Yo me haré cargo Doctor, muchas gracias por venir.

Doctor: Tengan buen día.

Carlota: Yo lo acompañaré a la puerta Doctor Alcaraz.

El Doctor empaca sus cosas en su maletín y se retira del cuarto junto con Carlota. En ese momento entra Sebastián muy preocupado por su hermana.



Sebastián: (acercándose a Estela) Estela, la señora Concepción me contó que te habías desmayado. ¿Cómo estás? ¿Te sientes bien?

Estela (débil): Sí Sebas, no es nada. No te preocupes. Sólo fue un desmayo sin importancia, no me sentía bien, pero ya vino un doctor que me estuvo examinando y estoy bien.

Sebastián: ¿Estás segura?

Estela: Sí Sebastián. Tú mejor vete para el colegio, no quiero que llegues tarde. Yo ya estoy bien, no tienes nada de qué preocuparte.

Sebastián: Antes de irme, me gustaría saber cómo fue que te desmayaste.

Estela: Fue algo sin importancia. Me levanté temprano para empezar a trabajar, pero no me sentía bien y me desmayé, se me fueron las luces.

Sebastián: No sé porque me da que me ocultas algo más.

Estela: Claro que no. Ya no sigas con lo mismo Sebastián. Tú quédate tranquilo y vete para la escuela.

Sebastián: (asentando con la cabeza) Bueno, está bien. Quédate descansando y ni se te ocurra levantarte de esta cama, eh.

Sebastián le sonríe a Estela un poco más tranquilo y se va. Alexis se queda a solas con Estela.

INT. / MANSIÓN DOS SANTOS / DÍA

Carlota está despidiéndose del Doctor Alcaraz en la entrada de la mansión.



Carlota: Gracias por haber venido Doctor y sobretodo, por haber sido tan amable en sustentar frente a mi prometido que la sucia de mi sobrina está loca.

Doctor: Ha sido un gusto ayudarla señora Dos Santos. Creo que con esto ya estamos a mano, ¿no cree?

Carlota: No lo sé. Han sido muchas las veces que he encubierto las atrocidades que comete con sus pacientes. Puede que más adelante lo siga necesitando.

Doctor (incómodo): En ese caso, puede seguir contando conmigo. Hasta luego. Que esté bien señora Dos Santos.

El Doctor Alcaraz se va de la mansión.

INT. / MANSIÓN DOS SANTOS, CUARTO DE ISABEL / DÍA

Isabel está maquillándose frente sentada frente a su tocador. Juana está sentada en la cama leyendo una revista.



Isabel: ¿Entonces no quieres ir a ver a tu hermana? ¿No te preocupa que se haya desmayado?

Juana: Para nada. Yo tengo cosas más importantes por hacer que preocuparme por Estela, además no creo que sea algo grave. Debe ser algún resfriado, qué se yo.

Isabel: Pareciera que no quisieras a tu hermana, Juana.

Juana: Claro que no Isabel, la detesto. Me da asco, siempre andaba desaliñada, sucia, vestida de hombre antes de que llegáramos aquí. Tú no sabes la vergüenza que me daba cuando se presentaba frente a mis amigos.

Isabel: Cambiando de tema, ¿no piensas volver a la escuela? Ayer no fuiste y tal parece que tampoco piensas ir hoy.

Juana: La verdad es que la escuela no es lo mío. Prefiero disfrutar de la buena vida y de mi juventud, mucho más ahora que estoy viviendo en esta casa con mi verdadera familia que son tú y mi tía Carlota. ¿Por qué no salimos esta noche?

Isabel: (dejando de maquillarse) ¿A dónde? (Extrañada).

Juana: No sé, a una discoteca, a bailar, a divertirnos (se levanta de la cama). Conozco una estupenda a la que van chavos ricachones. ¿Qué dices?

Isabel: No me parece un mal plan. Podemos ir en mi auto.

Juana: Perfecto, entonces esta noche vamos.

Juana sonríe emocionada.

INT. / MANSIÓN DOS SANTOS, CUARTO DE ESTELA / DÍA

Hay un silencio prolongado entre Estela y Alexis. Él la mira con fijación parado, desde la puerta, con los brazos cruzados.



Estela: Muchísimas gracias por haberme ayudado joven. Me siento un poquito apenada con usted que se haya tomado molestias conmigo.

Alexis: Para nada Estela, no fue ninguna molestia. Lo hice con mucho gusto. Tú estabas enferma y en ese estado, lo mínimo es que te ayudara.

Estela (solloza): De todos modos le doy las gracias por haber sido tan bueno conmigo. Usted es muy diferente a mi tía Carlota. Ella en lugar suyo, hubiera dejado que me muriera.

Alexis (extrañado): ¿Por qué dices eso?

Estela: Ella es mala, humillante. Es una vieja amargada que se la pasa todo el día malhumorada. ¿Cómo puede un hombre bueno como usted estar comprometido con ella?

Alexis: (riendo) Carlota puede parecer una mujer soberbia a veces, dura, de carácter fuerte, pero es buena...

Estela: Usted lo dice porque a lo mejor no la conoce bien. Usted no se imagina (Rompe a llorar).

Alexis se sorprende al ver llorar a Estela, por lo que se acerca a ella y se sienta a su lado en la cama.

Estela: Me siento muy sola en el mundo, como si todos se pusieran de acuerdo para hacerme daño, para hacerme sentir como si no valiera nada. Yo siempre he tratado de ser una buena hermana, hasta dejé de estudiar pa' ponerme a trabajar y sacar adelante a mis hermanos. Me he sacrificado, pero la vida me paga con más golpes y golpes. Mientras unos están arriba, yo estoy por debajo y me duele saber que a lo mejor ahí me voy a quedar, como una fracasada sin sueños.

Alexis se conmueve ante la manera en que Estela se sinceró con él. La mira de manera especial y luego, le limpia las lágrimas a Estela con delicadeza. Ella se sorprende.

Alexis: Tú eres una muchacha especial, vales mucho. A lo mejor la vida te ha golpeado duro y ha matado tus ilusiones, pero eso no te hace menos que nadie, al contrario, te hace más valiosa.

Estela (avergonzada): ¿Usted cree?

Alexis: Claro que lo creo. Es más, ahora que te conozco mejor, tengo la oportunidad de ayudarte de alguna manera.

En ese momento, Carlota llega, pero se queda escuchando tras la puerta.



Estela (emocionada): ¿Ayudarme? ¿Pero cómo me va a ayudar usted?

Alexis: Quiero hacerlo. Todavía no sé cómo, pero ya veré. Si te sientes sola, conmigo ya no lo vas a estar. Me vas a tener a mí.

Carlota decide irrumpir en el cuarto algo molesta por la conversación entre su prometido y su sobrina. Alexis al ver a Carlota, se levanta de la cama.

Carlota: (con ironía) Veo que estaban platicando muy a gusto. ¿Cómo sigues Estelita? ¿Ya te sientes mejor?

Estela (indiferente): Sí tía Carlota. Ya me voy a levantar para ponerme a trabajar.

Carlota: Claro que no mi corazón. ¿Cómo crees que después de ese desmayo vas a ponerte a trabajar? Tú te tienes que quedar descansando hasta que te recuperes completamente.

Alexis: Tu tía tiene razón Estela. Tienes que descansar para reponer fuerzas, por lo menos durante este día. Yo ya me tengo que ir para la disquera.

Carlota: (a Alexis) ¿Y no te piensas quedar a desayunar mi amor? Concepción cocinó los waffles que tanto te gustan. Están deliciosos.

Alexis: No Carlota, gracias. En otra ocasión. Tengo asuntos que atender.

Alexis se da un beso con Carlota como modo de despedida.

Alexis: Adiós Estela, cuídate.

Estela le sonríe a Alexis. Éste se va.

Carlota: Chao, mi amor. Que te vaya bien.

Una vez que Alexis se va completamente, Carlota mira fulminante a Estela. Ella se asusta un poco.

Carlota: Te vas a quedar todo el día en la cama. Por hoy no trabajas solo para que mi novio no piense que me gusta explotar a mis empleados aún estando enfermos.

Estela: Yo me siento bien, puedo trabajar.

Carlota (molesta): ¿No me estás escuchando? Dije que te vas a quedar todo el día en la cama estúpida y no te atrevas a desobedecerme.

Carlota se va del cuarto.

INT. / HOSPITAL, CUARTO DE MARCELA / DÍA

Marcela está acostada en la cama, mostrándose algo débil. Tiene vendada una de las muñecas y habla con Mariana que está sentada a su lado en un extremo de la cama.



Marcela: Detesto los hospitales. No veo la hora de salir de aquí.

Mariana: Ya en esto, no comas ansias. Hoy viene Alexis a visitarte, así que te va a hacer bien verlo para que no te sientas tan aprisionada en este cuarto.

Marcela: Yo no quiero ver a nadie Mariana, ni a Alexis, ni a ningún psicólogo. Me tratan como si estuviera loca. ¡Todos son unos desgraciados!

Mariana: (tomándola de las manos) Tienes que cambiar esos pensamientos Marcela, no te hacen bien. Mira que le haces daño a las personas que te quieren, a Alexis por ejemplo. Él se preocupa mucho por ti.

Marcela: Yo sólo sé que estoy cansada de la vida. Odio a todo el mundo, me odio a mí misma por ser tan cobarde, por no ser capaz de enfrentarme a la vida.

Mariana (conmovida): Ya no te sigas mortificando. Eso te hace más daño.

Marcela (solloza): Es la verdad. Me siento como un estorbo para este mundo, aquí nadie me necesita. Debí haberme muerto (Empuña furiosa las manos).

En ese momento, llega Alexis. Mariana se levanta de la cama.



Mariana: Bueno, mejor me retiro para que puedan hablar. Con permiso.

Mariana sale del cuarto. Alexis se acerca a su hermana, quien inclina el rostro para otra parte para no darle la cara.

Alexis: Marcela, mírame. Ya no sigas haciendo esto, por favor. ¿No te das cuenta que a mí también me duele tu situación? Soy tu hermano mayor.

Marcela: Vete de aquí Alexis. Si viniste a restregarme tu lástima, vete por donde viniste. Prefiero quedarme con Mariana.

Alexis: ¡Por Dios! Simplemente trato de comprenderte pero me resulta muy difícil con tu actitud. Vine de la mejor manera a hablar contigo. Mírame.

Marcela se gira el rostro, dándole la cara a su hermano. Los ojos de la muchacha se llenan de lágrimas, pero intenta contenerlas.

Alexis (sollozo): ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué intentaste suicidarte?

Marcela: ¿Y todavía me lo preguntas? ¿Crees que vivo muy contenta sometida a la voluntad de papá? Yo a él lo quiero, pero parece que él no siente lo mismo por mí. ¡Me odia!

Alexis: Escúchame Marcela, eso no es así. Papá te quiere también, pero ya sabes como es él. Machista, es duro con las mujeres, pero eso no quiere decir que no te quiera.

Marcela: (llorando) ¡Pues no lo acepto! Yo sólo quiero ser una mujer normal, que puede decidir sobre su vida y sobre lo que quiere. No soy feliz Alexis, me siento muerta en vida. Tú no lo entiendes.

Alexis: Sí lo entiendo. Entiendo que hayas querido darle fin a tu vida por sentirte acorralada, sin ilusiones o esperanzas de vivir, pero te tienes que dejar ayudar.

Marcela: ¿Y de quién? ¿Quién me puede ayudar?

Alexis: Yo. Te prometo que te voy a ayudar, sólo si tú te dejas. Haré lo posible para que empieces a estudiar música y trataré de convencer a papá para que no te lo impida, pero sólo lo haré si tú prometes poner de tu parte.

Marcela: (un poco más calmada) ¿Qué debo hacer?

Alexis: Tienes que tomar terapias psicológicas para que cambies tu forma de pensar. Eso es más que todo lo que quiero de ti, que cambies tu actitud. Yo no quiero que tengas que ser internada de nuevo en un sanatorio Marcela, no quiero que sigas sufriendo.

Marcela: Está bien Alexis. Haré lo que me pidas. Gracias.

Alexis abraza a Marcela y ella le corresponde el abrazo.

Marcela: Por favor perdóname por haber sido tan dura contigo, por haberte preocupado. Soy una tonta, estaba cansada, quería dormir y no despertar nunca más, pero entiendo que sólo fui una cobarde… Te quiero.

Alexis: Yo también te quiero. Tú eres mi hermana y yo no te voy a abandonar. ¿Lo oyes?

INT. / DISQUERA STYLE MUSIC / DÍA

Una hora después, Alexis llega a la disquera con Mariana. Los dos se encierran a hablar en la oficina de él.



Mariana (feliz): ¡Qué excelente noticia! Me alegra mucho que Marcela haya aceptado ir a las terapias con el psicólogo. Eso le va a hacer de mucha ayuda (se sienta).

Alexis: Tienes razón (sentándose también en su respectivo puesto). Espero lograr que mi papá le dé más libertad de decidir sobre su vida.

Mariana: Es que sin duda tú eres un excelente hermano, un excelente hombre (Lo mira enamorada). Yo te dije que todo iba a salir bien y ya las cosas se están arreglando para ti.

Alexis: Tengo que agradecértelo a ti que me diste apoyo. Tú eres una excelente amiga.

En ese momento, Alexis se acuerda de Estela, se levanta de la silla y sale a toda prisa de la oficina.

Mariana (extrañada): ¿Alexis a dónde vas?

Alexis: (yéndose) Tengo algo que hacer Mariana, nos vemos luego.

Eso deja a extrañada a Mariana.

INT. / MANSIÓN DOS SANTOS / HORAS DESPUÉS

Estela está barriendo la lujosa sala de la mansión. Lleva puesto el uniforme de sirvienta y el cabello recogido en una cola de caballo como de costumbre. En eso, tocan el timbre. Ella detiene su labor para abrir, encontrándose con Alexis. Los dos al verse se sonríen mutuamente. Alexis carga dos bolsas.



Estela: Joven, pase.

Alexis entra a la mansión.

Estela: Déjeme ayudarle con las bolsas, por favor.

Alexis: No te preocupes Estela, puedo cargarlas yo solo. Gracias. Más bien dime qué haces levantada. Te dije que guardaras reposo.

Estela: Es que ya me sentía bien y no podía quedarme acostada todo el día sin hacer nada, así que me levanté a barrer el piso. ¿Quiere tomar algo?

Alexis: No. Lo único que quiero es hablar contigo. Pasemos a la sala.

Estela asienta con la cabeza. Pasan a la sala donde Alexis le entrega las bolsas a Estela. Ella las recibe algo extrañada.

Alexis: Pensé en ti, así que me fui al centro comercial para comprarte algo de ropa y zapatos.

Estela (sorprendida): ¿Cómo dice?

Alexis: Lo que oíste. Abre las bolsas. Te lo compré todo a ti, con mucho aprecio. Vamos, mira (Le sonríe con ternura).

Estela se sienta en un sofá, abre las bolsas y saca varios vestidos nuevos de bonitos colores, faldas a su medida y algunos adornos para el cabello como pinzas y listones. Alexis permanece de pie sonriéndole. Estela se emociona a tal punto que se le saltan las lágrimas, formándosele un nudo en la garganta.

Estela: No sé qué decirle joven. Todo está tan bonito, nunca antes me habían hecho un detalle así. Todo debió costarle carísimo.

Alexis: El precio es lo que menos importa. Te lo compré con mucho gusto. Quería hacerte un regalo... (Se rasca la cabeza). ¿Te gusta?

Estela: Claro que sí, me encanta. Mil gracias.

Alexis se inclina ante Estela. Los dos se miran a los ojos de una manera muy especial.

Alexis: Tú te lo mereces Estela. Dime algo. ¿Te gustaría estudiar?

Estela (emocionada): ¿Yo? ¿Estudiar? Claro, me gustaría muchísimo, apenitas sé leer y escribir. Me gustaría aprender modales, ser educada, saber rete hartas cosas para ver si algún día logro mi sueño que es ser cantante.

Alexis (sorprendido): ¿Quieres ser cantante? ¿Tienes el talento?

Estela: Sí. Es más, antes de venir a esta casa, me ganaba la plata cantando en las calles. Tengo una guitarra y también la sé tocar.

Alexis: En ese caso, escucha la propuesta que te tengo. Ya que tienes la disposición para estudiar, yo voy a proponerme a convertirte en una muchacha educada, con buenos modales y conocimientos tal y como sueñas, pero sobretodo, te voy a ayudar a avanzar como cantante.

Estela (asombrada): ¿De verdad joven? ¿Usted haría eso?

Alexis: Sí Estela. Creo que ya te había comentado que era casi el propietario de una disquera. Mi padre es el dueño. Puedo ayudarte.

Estela: Es mucho más de lo que me esperaba. Muchas gracias de nuevo por ser tan bueno conmigo.

De repente, Carlota entra a la sala, disgustándose al ver charlar tan entretenidos a Estela y Alexis. Carlota frunce el ceño. Alexis se incorpora al ver a su prometida.



Carlota: (sonriendo falsa) Alexis, mi vida. No sabía que estabas aquí.

La pareja se besan en los labios. Estela mira para otro lado con incomodidad.

Alexis: Me quedé hablando con Estela. Le compré algo de ropa y accesorios.

Carlota (molesta): ¿Le compraste ropa? Qué amable mi amor. Tú siempre tan caritativo. La pobre Estelita no tenía más que los harapos que traía puestos el día que se apareció aquí. ¿Y de qué hablaban tan entretenidos?

Alexis: Estela va a retomar sus estudios. Pienso educarla y enseñarle todo lo que no pudo aprender cuando tuvo que dejar de estudiar por hacerse cargo de sus hermanos.

Carlota (alterada): ¿Cómo? Pero Alexis, no creo que sea conveniente. (Le habla al oído) Recuerda que Estela no está bien de salud mental. ¿Qué educación podría recibir una loca?

Alexis: (susurrando) Yo no lo creo así Carlota. Estela es una muchacha que puede llevar una vida normal si se medica. Estuve comprando los medicamentos que recetó el doctor. (Saca un frasco de pastillas del bolsillo de su saco) Ten. Te los entrego a ti para que se los suministres. Tiene que tomárselos con frecuencia.

Carlota: (recibiendo el medicamento) Ay mi amor, no debiste molestarte. Yo hubiera podido comprarlos, pero está bien. Te amo (Lo besa).

Estela sigue mirando su ropa nueva para ignorar las muestras de cariño que su tía le hace a Alexis.

INT. / DISCOTECA / NOCHE

Hay muchísimos jóvenes que bailan al ritmo de la música electrónica en la discoteca. Las luces de mueven rápidamente. En el baño, está Juana metiéndose cocaína, cosa que disfruta hacer. En eso, entra Isabel.



Isabel (sorprendida): ¡Juana! ¿Qué estás haciendo? ¿Te estás drogando? No puedo creerlo.

Juana se comporta extraño, el efecto de la droga la ha alterado.

Juana: (riéndose) ¡Ay Isabelita! ¿Por qué te alarmas si es algo completamente normal? Ven, todavía me queda un poco y pruebas para que veas el placer tan extraordinario que te da.

Isabel (indignada): ¡Claro que no Juana! Yo no pruebo esas porquerías, ni tampoco me interesa probarlas. Me parece increíble que te metas drogas. Mejor me voy.

Juana: ¡No, Isabel, espérate primita! ¿Por qué te vas a ir? Ven, no seas aguafiestas. Prueba. Más tarde te presento unos tipos ricachones que están como quieren. Ellos fueron los que me dieron el polvito mágico (Ríe).

Isabel mira indecisa a Juana.

INT. / MANSIÓN DOS SANTOS, CUARTO DE CARLOTA / NOCHE

Carlota está tirando por el retrete el medicamento que Alexis le entregó. Tira las cápsulas que contiene el frasco con ira.



Carlota: ¡Lo que me faltaba! La sucia esa estudiando de mano de Alexis. ¡Maldición! (Termina de tirar el medicamento) No, tengo que calmarme. Isabel tiene razón. De nada me sirve alterarme. Debo pensar las cosas con cabeza fría. ¿A qué le tengo miedo? Alexis nunca podría fijarse en una sucia miserable como Estela. Le daría asco enredarse con ella. Todo lo que está haciendo es por lástima. ¡Sí, por eso! Por lástima.

Carlota se calma un poco y respira profundo.

INT. / DISCOTECA / NOCHE

Juana está bailando sin control alguno con Isabel. Las dos están bajo efectos de las drogas. Ríen a carcajadas en medio de las luces neón de la discoteca, mientras se acarician mutuamente en distintas partes del cuerpo. Juana es la más descontrolada, que se besa apasionadamente con otros dos jóvenes que bailan con ellas.

SEMANAS DESPUÉS
INT. / MANSIÓN DOS SANTOS, SALA / DÍA


Estela se encuentra sentada en el sofá, usando ropa más formal. Usa en el cabello una diadema y lee un texto de un libro de corrido. Alexis está sentado en otro sofá, frente a ella, escuchándola.



Estela: (leyendo) "El renacimiento fue una época donde el autor se basaba en el arte abstracto a partir de imágenes, cubismos y sentimientos. En esta época el autor realizaba figuras religuiosas".

Alexis: Religiosas (Le corrige). Recuerda que la "g" se pronuncia como jota cuando no hay una "u" que anteceda la "e" o la "i".

Estela: (riendo avergonzada) Sí, se me había olvidado.

Alexis: ¿Te queda claro el tema del renacimiento?

Estela: Sí. Fue una época de la historia en la que era muy popular el arte, más que todo el religioso, imágenes de Jesús, La Virgen, los ángeles y los santos. Miguel Ángel fue uno de los autores más... eh, representativos del renacimiento.

Alexis: (sonriendo) Exactamente. Leonardo Davinci también fue un representante del renacimiento italiano. ¿Cuál es la capital de Italia, por cierto?

Estela: Roma, en donde está ubicado el vaticano. ¿Verdad?

Alexis: Así es. ¿Lo ves Estela? Has aprendido mucho en estas semanas. Ya conoces más de gramática, historia y geografía. Y eso es muy bueno.

Estela (feliz): Sí, es verdad. Te lo debo a ti Alexis. Muchas gracias. Estoy rete contenta estudiando, aprendiendo tantas cosas. Me siento como una chica estudiada (ríe), claro que todavía me falta aprender muchísimas cosas más.

Alexis: Me alegra que así te sientas (La mira de manera especial). Estela, yo... Creo que no te había dicho lo bonita que eres.

Estela (avergonzada): ¿Te parece que soy bonita?

Alexis: Por supuesto (Le acaricia el rostro con suavidad). Ya no sé qué es lo que me pasa contigo. Quisiera protegerte siempre, estar a tu lado. Tu presencia es algo que me pone muy feliz, algo que disfruto mucho, porque siempre me divierto contigo y me sacas sin querer una sonrisa…

Estela se sonroja, sin saber qué decir. Alexis no deja de sonreírle, cautivado ante la ternura y belleza que desborda Estela; su mirada está fija en ella. Es en ese momento que Carlota irrumpe en la sala, enfureciéndose al ver la cercanía entre Alexis y Estela.



Carlota (furiosa): ¿Qué es lo que está pasando aquí?

CONTINUARÁ…

No hay comentarios.:

Publicar un comentario