domingo, 9 de noviembre de 2014

Capítulo 8: Empieza la venganza

INT. / CASA SAÍN, CUARTO DE ESTELA / NOCHE

Estela está acostada en la cama, con una bata puesta. Tiene el rostro más limpio, pues se tomó una ducha. La sirvienta le prepara paños para ponérselos en la frente a la muchacha quien tiene fiebre. Alfredo observa de pie frente a la cama.



Estela (molesta): Esto no me hace falta señor Saín. Me siento bien. Yo me tengo que ir, ya no le quiero causar más molestias.

La sirvienta se retira, dejándolos a solas.

Alfredo: ¿Te olvidaste de lo que te dije Estela? ¿Por qué eres tan terca? ¿Por qué te niegas en ser ayudada por mí? Tú no te has quedado sola, me tienes a mí. Yo sé que no soy tu padre, pero me siento en la necesidad de protegerte.

Estela: La mera verdad es que no sé qué decirle señor. Yo sólo sé que nada me importa sin mis hermanos. Todavía me parece no creer que estén muertos y que ya no los vaya a volver a ver. Ni siquiera pude estar en el entierro de los dos (solloza).

Alfredo: La pérdida de los seres queridos no es fácil, pero tienes que superarlo. Yo puedo protegerte (se sienta a su lado en la cama). Te puedes quedar viviendo aquí, te puedo dar un trabajo, pagar tus estudios. ¿No te gustaría estudiar?

Estela: Sí, ese siempre fue uno de mis sueños. Yo siempre he querido llegar bien alto señor, ser una muchacha fina, usar ropa cara, maquillarme, darme la mejor vida. ¡Pero qué va! Más tonta yo que me ilusionaba con lo que no podía ser. El mundo es otra cosa.

Alfredo: Estela… Escúchame. Tu vida puede cambiar si te quedas conmigo, no te puedo retener, así que la decisión está en ti, pero puedo darte todo con lo que una vez soñaste.

Estela se queda en silencio, sin saber qué responder. Su mirada se torna a una de seriedad, mientras recuerda de nuevo varias cosas, como cuando trabajaba de sirvienta para Carlota y ésta la humilló en varias ocasiones.

FLASH BACK



Estela: ¿Desean algo más? (Termina de servir el café).

Carlota: No niña, retírate (Toma un sorbo del café y comienza a toser). ¿Pero qué porquería es esta? (Furiosa). ¿Quién demonios preparó el café?

Estela (apenada): Fui yo tía. ¿Por qué? ¿Pasa algo?

Carlota: ¡Claro que pasa algo con el café, estúpida! (Le tira el café en la cara a Estela)

FIN DEL FLASH BACK

FLASH BACK


Carlota: Ya que no te quieres despertar por ti sola, tendré que hacerlo por mi propia cuenta para que acates mis órdenes.

Estela: ¡Espere, tía! ¿Qué piensa hacerme? (asustada).

Carlota abre el grifo y mete a Estela a la ducha. La muchacha comienza a tiritar de frío y con la mayor crueldad, Carlota comienza a burlarse de ella a carcajadas, disfrutando de la humillación que le hace pasar a su sobrina.

FIN DEL FLASH BACK

FLASH BACK




Isabel: (con la voz quebrantada) Mi mamá... Mi mamá lo mató...

Estela se impacta al oír a Isabel, abre los ojos como platos. Isabel contiene el llanto.

Isabel: (temblando) Ella lo mató una noche, empujándolo por las escaleras de la mansión. Sebastián nos escuchó hablando sobre tu encierro en el manicomio. Mi mamá y yo lo planeamos todo para hacerte pasar por loca

FIN DEL FLASH BACK

Estela deja de recordar, su mirada aún es dura y penetrante, pero derrama lágrimas. Alfredo decide limpiárselas con delicadeza.

Alfredo: Yo sé cuánto has sufrido, no me lo imagino, pero puedo entenderte. Piénsalo.

Dicho eso, Alfredo se levanta de la cama y se va a retirar, hasta que Estela lo detiene.

Estela: Está bien señor.

Alfredo: (dándose la vuelta) ¿Está bien qué?

Estela: Me voy a quedar con usted. Quiero salir adelante, quiero ser otra mujer. Ya no quiero seguir siendo esta misma Estela bruta y mensa a la que le han hecho tanto daño (Habla con dureza, pero con una voz quebrantada). Quiero ser otra.

Alfredo le sonríe a Estela, quien se muestra decidida. Los meses van pasando, mientras vemos escenas tras escena como Estela empieza a educarse, aprendiendo a caminar como toda una dama sobre tacones, erguida con un libro sobre la cabeza. Vemos como a su diestra y siniestra tiene a su disposición varias maquillistas que estampan sobre su rostro un sutil, pero sensual maquillaje que la hace ver despampanante usando los vestidos más costosos tejidos en pura seda. La vida de la joven se desliza entre los mayores lujos, agasajada con las comidas más exquisitas y los mejores perfumes. Vemos como posee cajones repletos de joyas y pulseras, obsequiadas por los hombres más influyentes del Estado, pero sobre todo, como recaen sobre ella todas las miradas cuando asiste a importantes eventos, bajándose de auto último modelo y siendo custodiada por una gran cantidad de mayordomos.

Pronto, Estela se convierte en el rostro más popular de las revistas en Estados Unidos y en un ícono musical de la feminidad. Es la imagen de importantes campañas, cosmética y comercial, que salen en mega pantallas públicas de grandes ciudades.

NUEVA YORK
INT. / MADISON SQUARE GARDEN / NOCHE




Estela, ahora conocida con el nombre artístico de Ishtar Jade está en pleno concierto. Miles de personas han asistido para verla. La joven, acompañada de sus bailarines, baila su más reciente canción "U&I" con mucha sensualidad.


Todas las personas gritan eufóricas. Desde una habitación a lo lejos, Alfredo observa muy satisfecho y sonriente el éxito como cantante de Estela. Cuando ella termina el concierto, Alfredo aplaude desde esa habitación. Estela sonríe con una enorme satisfacción ante todo el público que la ovaciona.

MIAMI
INT. / CASA SAÍN, SALA / NOCHE


Marcela acaba de presenciar el concierto de Estela desde la televisión. Observa muy molesta como una periodista da un reporte del concierto a las afueras del Time Square Garden.



Periodista: ¡Esto es increíble! En sólo un año, Ishtar Jade se ha convertido en la cantante más popular de Estados Unidos. Las redes sociales en Internet están a punto de estallar con el concierto que acaba de dar aquí en el Madison Square de Nueva York en donde logró reunir a más de 50.000 personas sin contar los espectadores por televisión…

Marcela apaga el televisor del control remoto y lo tira al piso.

Marcela: ¡Maldita intrusa! Eso fue justo lo que siempre buscó de mi papá. Ya es una cantante famosa, educada, rica. Tiene todo lo que yo no he podido tener, incluso la atención de mi papá. ¡Desgraciada! ¡La odio!

Ella continúa con esa misma actitud molesta y de histeria.

PALOMA
INT. / CASA DE CARLOTA Y ALEXIS / NOCHE


Carlota está organizando detalladamente el comedor con velas. Ha cocinado una comida deliciosa y viste de una manera elegante, como es de costumbre. Logra escucharse el oleaje del mar pues la casa en que vive está ubicada en la playa. En eso llega Alexis con un gran ramo de flores.



Alexis: ¿Carlota? Ya llegué

Carlota aparece en la entrada y recibe con un beso a su esposo.

Carlota: Bienvenido a casa mi amor.

Alexis: Feliz aniversario Carlota (Le entrega las flores). ¿Te gustan? Las compré pensando en ti.

Carlota (emocionada): Están preciosas Alexis, muchísimas gracias (Lo besa de nuevo). Yo también te preparé una sorpresa de nuestro primer aniversario de casados. Ven.

Carlota lo toma de la manos y lo lleva hasta el comedor, donde las luces están apagadas, pero iluminado por las velas. Alexis sonríe al ver la cena que preparó Carlota.

Alexis: Esto sí que no me lo esperaba. Ya se me abrió el apetito con tan solo ver comida tan provocativa.

Carlota: Me alegro que te guste. Lo preparé sola con ayuda de un libro de recetas. También le di el día libre a Hilda para que esta velada sólo fuera para nosotros. Pero antes de que se nos enfríe, sentémonos a comer.

Alexis: Bueno, espera voy a lavarme las manos. No me tardo.

Mientras Alexis se lava las manos, Carlota sonríe y recuerda aquella vez en que arrojó a Sebastián por las escaleras.

Carlota: Después de todo valió la pena haberme convertido en una asesina, porque ahora soy muy feliz con mi matrimonio y todo me sale a pedir de boca, como debe ser.

La mujer sigue sonriendo, sin sentir el más mínimo remordimiento por aquel asesinato.

NUEVA YORK
INT. / HOTEL, SUITE PRESIDENCIAL / NOCHE


Estela está sentada en un cómodo sofá, cruzando las piernas y sonriendo de una manera sagaz. Alfredo le entrega una copa llena de champagne. Él también tiene otra y empieza a beberla.



Alfredo: El triunfo de hoy no podía pasar por alto. Teníamos que celebrarlo. ¿Te das cuenta? El concierto de esta noche nos dejó ganancias millonarias (ríe mientras se sienta en otro sofá). Tienes un talento de oro.

Estela: El talento no siempre cuenta señor Saín. El mundo funciona en manos de los ricos y es por usted que llegué hasta aquí. De otra manera me hubiera quedado fracasada, con una vida mediocre y podrida (Habla con vanidad). Pero no pasó así (sonríe).

Alfredo: Eso es cierto. Ya no queda ni la sombra de esa muchacha que una vez fuiste. Ya eres otra, hermosa, inteligente, perspicaz. Una reina (Le sonríe maravillado). Me siento muy orgulloso de ti Estela.

Estela: ¿Mañana regresamos a Miami?

Alfredo: Claro, nuestro vuelo sale en la mañana. ¿Por qué lo preguntas? ¿Tienes ansias por regresar?

Estela: Es sólo que me siento un poco agotada con todos estos últimos conciertos que he tenido, entrevistas, sesiones de fotos. Ya sabe, creo que necesito una temporada de descanso, además el último álbum musical que lancé todavía está muy reciente y no hace falta empezar a trabajar en uno.

Alfredo: Bueno, pues siendo así mañana estaremos de vuelta. Ya es casi media noche y necesitas reponerte de energía. Deberías irte a dormir y no beber tanto.

Estela: Tiene razón (Pone la copa en una mesita).

En eso, Estela se levanta del sofá sonriendo con picardía. Se acerca a Alfredo, lo toma de la camisa y acerca mucho sus labios a los de él. Alfredo se queda inmóvil con eso.

Estela: (susurrándole en el oído) Buenas noches señor Saín. Qué descanse.

La sensual muchacha le da un delicado beso a Alfredo en la mejilla. Luego se aparta de él y sale de la suite caminando con mucha elegancia. Alfredo muy consternado se queda mirándola y una vez se queda solo, se pasa las manos por el rostro sin saber qué decir.

PALOMA
INT. / CASA DE CARLOTA Y ALEXIS, COCINA / AL DÍA SIGUIENTE


Hilda, la joven sirvienta está preparando el almuerzo. En eso, entra Alexis sin camisa, agitado. Hilda se avergüenza al verlo.



Alexis: Hola Hilda. ¿Ya hiciste jugo de naranja?

Hilda (nerviosa): Sí señor. Está en la nevera. Ya se lo sirvo.

Alexis: No te preocupes. Yo mismo me lo puedo servir (abre la nevera y saca la jarra de jugo). Esta mañana salí a hacer ejercicio, pero creo que no fue buena idea. Hace demasiado calor, me siento sofocado (sonríe, mientras se sirve el jugo en un vaso). ¿Y cómo siguió tu mamá?

Hilda: Ya está mejor de salud, gracias. Justo aproveché el día libre que me dio la señora Carlota ayer para irla a visitarla al hospital.

Alexis: Ya veo (Empieza a beber el jugo).

En ese momento, viene Carlota quien se molesta al ver la confianza entre la sirvienta y Alexis. Ella besa a éste último, cosa que hace sentir incómoda a Hilda.



Carlota: Buenos días mi amor. Tal parece que saliste a hacer ejercicio desde temprano.

Alexis: Sí, aproveché el domingo para eso. Iré a darme una ducha para refrescarme. Más tarde nos vemos.

Alexis se termina de beber el jugo, pone el vaso sobre el lavaplatos y se retira de la cocina. Carlota mira con desconfianza a Hilda. Ella lo nota.

Hilda: ¿Le pasa algo señora? (Picando el tomate).

Carlota: Ten cuidado con esas miraditas de descarada que le lanzas a mi marido muchacha.

Hilda: No entiendo a qué se refiere. Yo no miro de ninguna otra manera al señor. Trato de servirle bien tanto a él como usted.

Carlota: No trates de pasarte de lista conmigo, porque no soy estúpida, así que ya lo sabes y apúrate a terminar el almuerzo. Lo quiero listo en una hora.

Carlota le lanza una mirada fulminante a Hilda y también se retira de la cocina. Hilda niega con la cabeza y sigue en lo suyo.

MIAMI
EXT. / CEMENTERIO / AL DÍA SIGUIENTE


Estela lleva unos lentes de sol puestos, sostiene un gran ramo de rosas rojas y se inclina frente a la tumba de sus dos hermanos. Un mayordomo está tras ella, custodiándola. La muchacha pone el ramo de rosas en ambas tumbas mientras el viento sopla su cabello.



Estela: El tiempo se me ha hecho largo. Me siento como una completa desconocida, que morí junto a ustedes y que me crucifiqué a mí misma. Ya soy otra mujer. Una mujer con muchas ambiciones y con un solo propósito en mente. Lo siento por ustedes, pero no me pienso detener...

Ella acaricia las lápidas con nostalgia, pero conserva una mirada dura y profunda.

INT. / CASA SAÍN / DÍA

Marcela recibe a Alfredo. El mayordomo y la sirvienta se encargan de las maletas y todo el equipaje.



Marcela: (sonriendo) ¡Papá!

Ella intenta besarlo, pero él se aparta. Eso hace sentir mal a la joven.

Alfredo (indiferente): Hola Marcela. ¿Cómo estás?

Marcela: (frunciendo el ceño) Bien, pero creo que no tanto tú o como Estela. Ha tenido mucho éxito como cantante. Justo miraba anoche por la TV el concierto en Nueva York. ¿Ella no viene contigo?

Alfredo: No, prefirió ir primero al cementerio a visitar las tumbas de sus hermanos. Quise acompañarla, pero se negó. ¿Y qué de hay de Alexis? ¿Cómo le está yendo en Paloma?

Marcela: Bien, no es mucho lo que hablamos, pero me ha platicado que está bien y que su matrimonio con Carlota va excelente. Me parece que ayer celebraron su primer aniversario.

Alfredo: Supongo que no le has comentado sobre Estela a tu hermano. Recuerda que ella no quiere bajo ningún motivo que él o Carlota se den cuenta que yo la he amparado todo este tiempo.

Marcela: Eso es algo que siempre me he preguntado. ¿Sabes? ¿Por qué ese empeño de ella en ocultarse de Alexis y de Carlota? ¿Qué le hicieron ellos?

Alfredo: Es mejor no saber algunas cosas Marcela. Eso hace parte de la vida privada de Estela así que es mejor no cuestionarla.

Marcela: Pues a mí no termina de darme desconfianza. Sabrán ellos quién es realidad esa mujer y con qué intenciones se apareció en nuestras vidas. Por eso es que se quiere ocultar, para que no la descubran.

Alfredo (molesto): ¿De qué estupideces estás hablando muchacha? ¿Qué pretendes diciéndome todo esto?

Marcela: Yo sólo te quiero advertir de lo peligrosa que puede ser Estela, papá. ¿No te has dado cuenta que te manipuló para que la convirtieras en una cantante súper famosa, refinada y con dinero?

Alfredo: (riendo incrédulo) Esto es increíble. ¿Hasta que grado puede llegar la envidia y los celos que sientes por Estela?

Marcela (solloza): ¿Cómo me puedes hablar así? ¿Cómo le puedes hablar así a tu hija por defender a esa desconocida, a esa intrusa? (Histérica)

Alfredo (desesperado): ¡Ya, basta! ¡Baja la voz!

Marcela: ¡Es la verdad! Tú siempre me has despreciado, me has hecho a un lado. Me tratas como si fuera una basura que no valiera nada (Rota de dolor). A mí siempre me prohibiste ser cantante, nunca dejaste a mi libre elección lo que quería ser mientras que a ella le has dado todo.

Alfredo: ¡Es diferente, Marcela!

Marcela: ¿Diferente en qué? Estela no es tu hija. Tu hija soy yo, pero no es de extrañarme porque a mí siempre me has odiado y no encuentro una razón a eso (Llorando)

Alfredo: Estás acabando con mi paciencia. Recién llego y esta es la manera en que me recibes. En definitiva me doy cuenta que nunca debí sacarte del psiquiátrico, porque sigues muy mal de los nervios. Sólo quieres llamar la atención. Necesitas ayuda.

Marcela: ¡Eso no es verdad! ¡Yo no estoy loca! ¡Yo no necesito ayuda de nadie! (Gritando)

Alfredo: ¡Suficiente! ¡Ya déjate de gritos! Te aprendes a comportar o me veré obligado a llamar al hospital psiquiátrico para que vengan por ti de nuevo. Estás bastante grande para hacer este tipo de niñerías. ¡Compórtate!

Alfredo se retira bastante furioso. Marcela tiene una expresión dura en el rostro, pero derrama un par de lágrimas.

INT. / HOSPITAL CENTRAL, HABITACIÓN DEL DR. ACALRAZ / NOCHE



Una mujer misteriosa en tacones entra en pasos silenciosos a la habitación y luego, se va acercando a la cama en donde reposa el Doctor Alcaraz, quien aún permanece en coma. Poco a poco, de abajo hacia arriba, se ve que esa mujer se trata de Estela. Ella sonríe con sagacidad y mira con malicia al Doctor. En ese momento, él mueve un par de dedos y abre los ojos. Primeramente su visión es borrosa y difuminada, hasta que se aclara y ve atónito frente a él a Estela.



Estela (hipócrita): ¡Cuánto tiempo mi queridísimo Dr. Alcaraz! El coma le ha sentado bastante bien, se ve mucho más repuesto.

El Doctor Alcaraz no puede pronunciar palabra alguna.

PALOMA
INT. / CASA DE CARLOTA Y ALEXIS / NOCHE


Hilda está limpiando la biblioteca con un sacudidor. En eso, se detiene y toma una foto enmarcada de Alexis que estaba colocada sobre el escritorio. Ella abraza la foto, mientras cierra los ojos y suelta un par de lágrimas.



Hilda: Te amo tanto Alexis. Eres lo más maravilloso que me ha pasado, pero imposible decirte lo que siento, menos sabiendo que estás casado.



Alexis entra a la biblioteca en ese momento e Hilda al verlo, se asusta y suelta la foto, quebrándose una vez que cae al piso.

Hilda (avergonzada): ¡Ay señor! Mil disculpas. Yo estaba limpiando y la foto se me resbaló. Ya mismo la recojo

Hilda se agacha para recoger los pedazos de vidrio, pero se corta la palma de la mano.

Hilda (adolorida): Ah...

Alexis (preocupado): Hilda (Se acerca a ella y se agacha) ¿Estás bien?

Hilda: No se preocupe, solo es una cortadita sin importancia. Ya recojo todo este desastre.

Alexis: Claro que no. Ven.

Alexis ayuda a levantar a Hilda y la lleva hasta la cocina. Allí, Alexis busca entre los cajones el boquitín de primeros auxilios. Una vez lo encuentra, empieza a tratar la herida de Hilda.

Hilda: Esto no es necesario señor. Usted no tiene que tomarse estas molestias conmigo.

Alexis: La que no se tiene que preocupar eres tú. Sólo trato de ser amable contigo. Estás herida y así no puedo permitir que trabajes.

Alexis termina de vendar la mano de Hilda.

Alexis: Ya está. Mejor ve a descansar.

Hilda: Pero la señora Carlota no tarda en llegar de casa de sus amigas y me ordenó que cuando llegara ya estuviera lista la cena y aún no la termino.

Alexis: Yo la puedo terminar. Y también le puedo explicar a Carlota que te cortaste y así te fue imposible cocinar. Ve a descansar a tu cuarto.

Hilda: Pero yo... (Rompe a llorar)

Alexis (extrañado): ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?

Hilda no dice nada y sale corriendo de la cocina.

Alexis: (yendo tras ella) Hilda...

Él la alcanza y la detiene.

Alexis: Me puedes explicar qué te pasa.

Hilda mira con lágrimas a Alexis, sin saber qué decirle.

MIAMI
INT. / DEPARTAMENTO DE MARIANA / NOCHE


Tocan el timbre del departamento. Mariana se dirige a abrir, pero mira primero por el ojo de la puerta quién es, dándose cuenta que es Marcela. Mariana abre e inmediatamente, Marcela la sorprende con un abrazo, llorando.



Mariana: ¡Marcela! ¿Qué pasa? ¿Por qué estás así?

Marcela: ¡Ay Mariana! Me quisiera morir. Me siento muy sola, abrázame…

Mariana le corresponde el abrazo a Marcela.

INT. / HOSPITAL CENTRAL, HABITACIÓN DEL DR. ALCARAZ / NOCHE

El Doctor Alcaraz no se siente capaz de hablar. Está totalmente aterrorizado. Tiene los ojos abiertos como platos al ver como frente a él está Estela, mirándolo con una desmedida, pero sagaz malicia.



Doctor Alcaraz: (hablando con mucha dificultad) Es… Es… Estela

Estela: ¡Qué sorpresa! Me recuerda, pero claro. Yo fui la última persona que usted vio antes de caer en coma. Entiendo que ahora esté impactado.

El doctor no puede hablar nada más, ni siquiera moverse. Empieza a llorar asustado.

Estela: ¿Qué pasa? ¿Tiene miedo? ¿No entiende lo que está pasando Doctor Alcaraz? Está bien, le explico. Usted ha estado en coma durante un año, desde aquella noche en que intentó violarme como el cerdo asqueroso que es y yo le inyecté ese medicamento que era para mí. ¿Recuerda?

Alcaraz recuerda entonces lo que Estela le dice. Ella se saca una jeringa que contiene un líquido de un bolsillo del abrigo que usa y se acerca a la bolsa de suero

Estela: Ya me enteré que mi tía Carlota fue la causante de que me encerraran en su “hospital psiquiátrico”, si es que a eso se le puede llamar hospital. Ella ordenaba y usted hacía. Fue su cómplice.

El doctor Alcaraz llora al ver como Estela está a punto de inyectarle una sustancia desconocida en su suero. Lo único que puede hacer es mugir.

Estela: Sí, fue su cómplice. Y a mí no se me olvida el infierno que viví allá dentro. ¡El infierno que usted me hizo vivir maldito viejo! (Le habla furiosa) Y este es apenas el comienzo de todo.

Justo cuando Estela le va a inyectar la sustancia en el suero, el Doctor Alcaraz empieza a agitarse y convulsionar hasta sufrir un paro cardiaco con el cual fallece al instante con los ojos abiertos. El electrocardiograma indica que Alcaraz ha muerto.



Estela sonríe con perversidad, se guarda de nuevo la jeringa y saca unas atractivas gafas de sol, que se pone. Luego sale de la habitación, caminando con mucha elegancia por los pasillos del hospital al mismo tiempo que varias enfermeras y un doctor entran con prisa a la misma habitación para socorrer a Alcaraz y pasan por alto a Estela. Ella llega al estacionamiento, sube a su auto último modelo deportivo y arranca, conduciendo a toda velocidad con el viento soplando su cabellera.

PALOMA
INT. / CASA DE CARLOTA Y ALEXIS / NOCHE


Hilda sigue sin saber qué decirle a Alexis.



Hilda: Discúlpeme, por favor (Se limpia las lágrimas) Lo mejor es que me vaya para mi cuarto, no me haga caso.

Alexis: Pero Hilda…

En ese momento, llega Carlota quien se disgusta al ver la cercanía entre Hilda y Alexis.



Carlota (irónica): ¿Interrumpo algo?

Alexis: Carlota…

Hilda (tímida): Con permiso.

Hilda aprovecha la situación y se retira para evadir a Alexis. Alexis se dirige a saludar a su esposa con un beso sencillo en los labios.

Alexis: Hola Carlota. ¿Cómo te fue en casa de tus amigas?

Carlota: (sonriendo hipócrita) Bien mi amor. Estuvimos jugando póquer un rato, charlamos. Tú sabes, cosas de mujeres.

Carlota se siente disgustada, pero intenta aparentar sonriéndole con hipocresía a Alexis.

MIAMI
INT. / DEPARTAMENTO DE MARIANA / NOCHE


Marcela bebe un vaso de agua, sentada sobre un sofá. Mariana está sentada a su lado. Marcela termina de tomar y se queda en silencio.



Mariana: ¿Ya te sientes mejor?

Marcela: (asentando con la cabeza) Sí. Gracias.

Mariana: ¿Me decías que discutiste con don Alfredo por culpa de Estela?

Marcela: Ya no tiene caso hablar de eso. Está visto que mi papá prefiere a Estela por encima de mí que soy su hija y cuando se lo recalqué, me tachó de envidiosa, evadió el tema y terminó amenazándome con… Volver a internarme en el psiquiátrico. No te imaginas lo mucho que me dolió. Me odia (solloza)

Mariana: Él no te odia. Es sólo que como Alexis lo ha dicho, don Alfredo es un hombre machista, no sé…

Marcela: ¡Eso no es verdad! Ustedes tratan de excusarlo con ese pretexto estúpido de que es “un hombre machista”, pero no es así porque entonces no trataría con tanta especialidad a la mustia de Estela. ¡Me odia y punto!

Mariana: Lo mejor es que no pienses en este tipo de cosas, porque sólo te afectan. Te ponen mal de los nervios.

Marcela: ¿También vas a tratarme como si estuviera loca?

Mariana: Claro que no. Lo digo porque no sería bueno que te deprimieras como la última vez, en que intentaste… Ya sabes. Intentaste suicidarte.

Marcela: Mi vida no tiene sentido si a nadie le importo, si mi propio padre me detesta, si no puedo ser lo que quiero. Estela me arrebató todos los triunfos que hoy deberían ser míos (Llora con ira)

Mariana: Ya no más, no sigas hablando así Marcela. (La toma del rostro con ambas manos) Escúchame. Tienes que centrarte en ti, en salir adelante sin mirar a los demás. Es difícil, pero lo puedes lograr.

Marcela rompe a llorar nuevamente. Mariana la consuela.

PALOMA
INT. / CASA DE CARLOTA Y ALEXIS / MADRUGADA


Todavía es oscuro. Hilda duerme plácidamente en el cuarto de servicio. Carlota entra para despertarla, usando pijama.



Carlota (irónica): ¡Buenos días Hildita! ¡Levántate!

Hilda se despierta, soñolienta.

Hilda: Señora Carlota… Pero si es madrugada.

Eso le trae un recuerdo de tiempo atrás a Carlota.

FLASH BACK

Carlota irrumpe en el cuarto de Estela. Es madrugada, por lo que aún está oscuro. La mujer lleva puesta una bata y el cabello suelto.

Carlota: ¡Oye! ¡Despierta! ¡Levántate de una buena vez, sucia!

Estela (soñolienta): Tía… ¿Qué… qué horas es?

Carlota: Las cuatro de la mañana. Levántate, necesito que prepares el desayuno. Mi novio se quedó a dormir y acostumbra a levantarse temprano, así que muévete (chasqueándole los dedos). ¿Qué esperas?

FIN DEL FLASH BACK

Carlota deja de recordar. Hilda sigue en la cama.

Carlota: Limítate a acatar mis órdenes. Eres la sirvienta. Vamos, levántate.
Minutos después, Carlota está en el comedor de la casa. Hilda está parada frente a ella, en silencio y usando el uniforme de sirvienta.

Hilda: ¿Qué se le ofrece señora?

Carlota: Sírveme vino.

Hilda coge una botella de vino de la estantería. Luego regresa al comedor, toma una copa, sirve vino en ella y se la entrega a Carlota. Carlota se toma un sorbo, mirando de una manera seria a Hilda quien se siente incómoda. En un momento dado, Carlota riega todo el vino sobre el piso

Carlota (seria): Límpialo.

Hilda se desconcierta, pero obedece. Toma un trapo y se agacha para limpiar el reguero, pero sin esperárselo, Carlota coge la botella de vino y se lo riega todo sobre la cabeza.

Hilda (sorprendida): ¡Señora! Pero…

Carlota (furiosa): ¡Cállate! Quiero que me expliques ahora mismo qué quieres con mi marido. ¡Habla!

Hilda mira a su patrona sin saber qué decirle.

CONTINUARÁ…

No hay comentarios.:

Publicar un comentario