sábado, 6 de diciembre de 2014

Capítulo 16: Noche de caza

INT. / BAR / NOCHE



Entretanto, Alexis llega a un bar en donde suena música a alto volumen. El joven se acerca a la barra.



Alexis: (al barman) Deme uno doble, por favor.

El barman le sirve licor a Alexis. Éste comienza a beber vez tras vez, sintiéndose muy decepcionado y pensando en las palabras de Estela. Finalmente, luego de una hora, se levanta y saca de su billetera un par de billetes con los que paga. Se levanta y sale del bar ebrio, para después subir a su auto. Durante todo el trayecto, continúa pensando en Estela y en Carlota.

Alexis: (llorando) ¡Idiota! ¡Eso es lo que soy! ¡Un maldito idiota! (Grita furioso)

De repente, llega a un retén de la policía de tránsito y se ve obligado a detenerse. El policía encargado le realiza la prueba de alcoholemia.

Policía: Bájese del auto inmediatamente.

Alexis sin otra opción, se baja del auto y es esposado.

Policía: Queda bajo arresto por conducir en estado de embriaguez.

El policía acompañado de otro, meten a Alexis a una patrulla.

INT. / DISQUERA STYLE MUSIC, PISO PRINCIPAL / AL DÍA SIGUIENTE

Mariana está laborando en su puesto de trabajo, organizando unos papeles. A su celular entra una llamada y ella la contesta.



Mariana: ¿Sí? (Hace una pausa) ¿Cómo dice? (Se sorprende y hace otra pausa) Está bien, ya mismo salgo para allá.

Mariana cuelga el celular y lo mete a su bolso. Luego se levanta de su puesto y justo se encuentra con Estela, quien se había bajado del ascensor.



Estela: Mariana. ¿Puedo saber a dónde vas?

Mariana: Buenos días Estela. Voy urgente para la estación de policía. Al parecer arrestaron a Alexis por conducir borracho.

Estela (sorprendida): ¿Ah sí? Bueno, pero no entiendo qué tienes que ver tú en eso como para salgas en horas de trabajo y sin mi permiso.

Mariana: Discúlpame, pero como no habías llegado pensé que ya no vendrías hoy a la disquera. Alexis es mi amigo y no lo puedo dejar solo.

Estela: ¡Qué poco profesional de tu parte! Y sólo por salir detrás de Alexis, que no es más que un sinvergüenza.

Mariana (incómoda): Él no está pasando por un buen momento.

Estela: Esté o no pasando por malos momentos y por más amiga que seas de él, tienes una obligación. Por tanto te prohíbo salir ahora.

Mariana (decidida): Siendo así, lo siento mucho, pero no pienso abandonar a Alexis aunque me despidas. Hasta luego.

Mariana se va y sube al ascensor, dejando a Estela molesta. En eso, suena su celular.

Estela: (contestando) ¿Aló? (Hace una breve pausa) ¿Qué? ¿Pero cómo es posible que hayan dejado escapar a una enferma mental como Marcela? Se supone que ese es el mejor hospital psiquiátrico de la ciudad (Hace otra pausa) No sé cómo, pero tiene que aparecer. Repórtenlo inmediatamente a la policía, porque lo que suceda con ella va a ser responsabilidad de ustedes. ¡Ineptos!

La joven cuelga furiosa y a la vez algo perturbada por ese aviso.

Estela: Si Marcela se escapó, no dudo que esté planeando en cómo atacarme la muy estúpida.

INT. / MANSIÓN DOS SANTOS, COCINA / DÍA

Concepción está cocinando. Andrés entra, abre la nevera y se sirve jugo en un vaso.



Concepción: Estela salió temprano, ¿verdad? ¿A dónde fue?

Andrés: A la disquera. Ella es una de las accionistas y tuvo que ir para revisar que todo marche bien (Bebe un sorbo)

Concepción: ¡Cómo cambió la vida de esa muchacha! Me pregunto cómo es que pudo conseguir tanto en tan poco tiempo.

Andrés: Yo no sé mucho, así que no le puedo responder doña Concepción.

Concepción: Lo que se me hace raro es que una mujer como ella quiera hacerse cargo por sí misma de cuidar a la señora Carlota, cuando fácilmente puede contratar una enfermera.

Andrés: La señora prefiere que sea ella la que la cuide (miente) Cuestión de confianza, no sé (Termina de beberse el jugo y sale de la cocina)

Concepción no puede evitar quedarse pensativa.

EXT. / ESTACIÓN DE POLICÍA / DÍA



Alexis y Mariana acaban de salir de la estación. Mientras van caminando, hablan.



Mariana: ¿Cómo es posible que manejaras borracho Alexis? ¿Te das cuenta que pudiste causar un accidente o que te suspendieran la licencia?

Alexis: Ya pagué la multa Mariana, no quiero hablar más de ese asunto. Ahora me duele la cabeza y sólo quiero llegar a mi casa para tomarme un baño y dormir.

Mariana (molesta): Está bien, como quieras, pero déjame decirte una última cosa. Estoy muy decepcionada de ti.

Los dos paran de caminar al mismo tiempo y quedan frente a frente, aunque Alexis evita mirar a la cara a Mariana.

Mariana: Estoy decepcionada de que ya no seas el mismo hombre valiente de antes, el Alexis que a pesar de una dificultad, seguía adelante. Ahora sólo te das al dolor sin importarte nada.

Alexis: Tú no puedes entenderme Mariana, nadie me puede entender. ¡La vida de Carlota se desgració por mi culpa! Fui un imbécil que cometió muchos errores.

Mariana: ¿Y ya tan fácil olvidaste lo que hablamos el otro día? Mírame Alexis (Él no se atreve a mirarla) ¡Mírame, por favor!

Alexis con dificultad la mira. En sus ojos se ve cuán destruido está.

Mariana: Tienes que dejar ir el pasado y perdonarte por lo que hayas podido hacer mal. Nada está perdido todavía… Ten en cuenta lo que te digo.

Mariana mira a Alexis una última vez y se va.

INT. / TELEMUNDO / HORAS DESPUÉS

Se está preparando el estudio para llevar a cabo el show de Estela. Adela es la encargada de dirigir al equipo de logística



Adela: Por favor, acomoden esta mesa para acá (Les señala a dos hombres que cargan una mesa de cristal) Déjenla ahí, gracias.

Manuel se le acerca a la muchacha



Manuel: Estás preparando con mucho empeño el programa.

Adela: Quiero que todo salga perfecto abuelito. Por eso decidí encargarme yo misma de dirigir la decoración del estudio.

Manuel: Con tanto bombo y platillo, espero que el programa sea un éxito en audiencia.

Adela: Eso no lo dudes. El nombre de Ishtar Jade es sinónimo de éxito. En cuanto empiece el programa y el número musical que Estela va a presentar, la audiencia va a subir como espuma, ya verás (Le sonríe)

De repente, una asistente interviene.

Asistente: Disculpen que los interrumpa… Señorita Adela, Ishtar Jade acaba de llegar al canal.

Adela (sorprendida): ¿Cómo? ¿Tan pronto? ¿Qué hora es? (Mira su reloj de muñeca) ¡Pero si el programa empieza en una hora! ¿Cómo no me di cuenta?

Manuel: ¿Quieres que te ayude en algo hija?

Adela: No abuelito, muchas gracias. El estudio ya está listo. Iré a recibir a Estela.

Adela se va acompañada de su asistente. Manuel se queda pensativo. Entretanto, Estela se encuentra sentada en un cómodo sofá de la recepción del canal. Andrés está de pie, tras ella. Adela llega en ese momento para recibirla. Estela se levanta.



Adela: ¡Estela! (La saluda con un beso en la mejilla) Llegas justo a tiempo. No me di cuenta y el programa empieza en una hora. Se me pasó el tiempo.

Estela: Por mi parte yo ya estoy lista. Mis bailarines ya llegaron y llamé a mis maquillistas personales.

Adela: Perfecto. Entonces ven conmigo al camerino que preparé para ti y llama a tus maquillistas para que también vayan. Estamos sobre el tiempo para arreglarte.

Estela: Está bien. Andrés, tú espérame aquí.

Las muchachas se van juntas y suben a un ascensor.

La noche cae sobre la ciudad de Miami, convirtiéndose en un escenario citadino deslumbrante por sus altos edificios y autopistas pobladas de autos que pasan con rapidez.



INT. / CASA SAÍN, CUARTO DE ALEXIS / NOCHE

Alexis está recostado en su cama, pasando con el control remoto de canal en canal el televisor que se encuentra ubicado frente a él. En eso, decide dejar el canal "Telemundo" y ve que acaba de comenzar un programa en el que se prima Adela es la presentadora.



INT. / TELEMUNDO, ESTUDIO / NOCHE

Adela está de pie frente a las cámaras en vivo, iniciando el programa.



Adela: (sonriendo) ¡Buenas noches a todos! Es un placer acompañarlos en este momento porque para hoy, como muchos ya lo sabrán, tenemos una invitada súper especial a nuestro programa, que entre todo un poco, nos hablará de su carrera, su éxito y un poco de su vida personal. ¿Y qué mejor manera de comenzar que con un buen show musical? Pero basta de preámbulos y recibamos con un fuerte aplauso a la Reina, la aclamada ¡Ishtar Jade!

Todo el estudio se llena de aplausos. Adela se retira y el escenario se torna unos colores azulados más oscuros. Entre un humo artificial, se distingue la silueta de una mujer en el centro y a su derecha e izquierda la acompañan de a dos bailarinas. La mujer del centro es Estela quien comienza a cantar a través de un micrófono su canción "I'll show you".






El público presente en el estudio estalla de euforia, sin embargo todo sigue oscuro.

Alexis en su casa, se acomoda en la cama y se acerca más al televisor.

Alexis (consternado): Esa voz... Es Estela...

Justo cuando Estela llega al coro, las luces del estudio se prenden y tanto ella como sus bailarinas empiezan una llamativa coreografía. La joven luce resplandeciente y canta con una potente voz, al tiempo que sonríe sagaz y baila.

Alexis en su casa, presencia el show sin quitarle el ojo de encima y recuerda una parte de la conversación que tuvo con Marcela el día anterior.

FLASH BACK



Marcela: Con eso entendí por qué papá siempre se comportó tan indiferente conmigo. Estela solo es una trepadora que busca enredar a todos los hombres de la familia para tener poder, así como lo hizo con papá, lo va a hacer contigo y con el abuelo Manuel…

Alexis (sorprendido): ¿El abuelo?

Marcela: Ya verás como no me equivoco. Esa mujer no va a dejar títere sin cabeza y te puedo asegurar que también va a enredar al abuelo para escalar alto. ¡No se va a rendir Alexis! Quiere succionarnos

FIN DEL FLASH BACK

Alexis deja de recordar cuando a su celular entra una llamada. Lo coge de la mesita de noche y ve en la pantalla que es Mariana.

Alexis: (contestando) Hola Mariana.

Mariana habla al otro lado de la línea, caminando por una acera y luce preocupada.



Mariana: Hola Alexis. Sé que ahora no quieres hablar con nadie, pero lo que te tengo que informar es muy importante.

Alexis: ¿Qué pasa?

Mariana: Es Marcela... Fui a visitarla hoy en la tarde al psiquiátrico, pero me dijeron que se escapó anoche y ahora está desaparecida.

Alexis se queda preocupado por la noticia.

INT. / TELEMUNDO, ESTUDIO / NOCHE

Adela y Estela están sentadas, una frente a la otra en dos sofás. Las cámaras siguen grabando en vivo el programa.



Adela: (a Estela) ¿Cómo te has sentido al ver tantas personas que te admiran, que compran tu música y te mandan tantos mensajes a través de Internet?

Estela: Ha sido una experiencia maravillosa en mi vida.

A lo lejos, entre el público, don Manuel está atento a las respuestas de Estela.



Estela: Mi sueño desde siempre fue convertirme en lo que ahora soy y me llena de orgullo que pude lograrlo por cada uno de mis fans que le dieron una oportunidad a mi talento y siguen apoyándome cada día.

Adela: Me imagino. ¿Le dedicas tu éxito a alguien?

Estela: (con una expresión nostálgica) A mis dos hermanos, que por ciertas circunstancias, ahora no están conmigo. A ellos les dedico mi triunfo como Ishtar Jade.

Adela: Ya para terminar, te haré una última pregunta... ¿En tu instancia como cantante, crees que ha sido fácil llegar hasta donde lo has hecho?

Estela: Para serte sincera, ha sido un poco de todo, fácil, difícil, pero sobretodo lo que más me impulsó a escalar alto fuera cual fuera la situación es que no se puede vivir en un mundo de fuertes si eres débil, porque te comerán vivo. El punto es que se debe alcanzar aquello que ambiciones, tomando ventaja de lo que tienes y sin mirar atrás. Esa es mi filosofía.

Adela: Una filosofía un tanto codiciosa, ¿no lo crees?

Estela: Depende del cristal con que se mire. Todos en la vida tenemos aspiraciones y codiciamos algo, pero no todos se sienten capaces de hacer realidad esas cosas que quieren en sus vidas.

Adela: Bien Ishtar, hasta aquí llegamos con el programa de hoy. ¿Tienes algo que decirle a tus fans?

Estela: (mirando la cámara) Que los quiero mucho. Hacen una parte de mí y de lo que soy. ¡Un beso! (sonriendo)

Adela: Ok (Mira una de las cámaras del programa) Aquí tuvimos una de las cantantes más prometedoras del momento. Esto es todo por hoy público. Los esperamos en el próximo programa con una nueva estrella invitada en este mismo canal. No olviden enviarnos sus comentarios y seguirnos en las redes sociales. Bye (Se despide)

El público presente aplaude y los camarógrafos dejan de grabar. El programa termina y el pública empieza abandonar el estudio. Un asistente de logística le lleva a Adela y a Estela dos embases de agua.

Adela: Estuviste fabulosa durante todo el programa Estela. Estoy segura que fue un éxito. Sin ti no hubiera sido posible. Gracias.

Estela: Gracias a ti por haberme tenido en cuenta (Destapa la botella y bebe un poco de agua)

Don Manuel, se acerca a ellas y llama la atención porque le aplaude a Estela, mientras le sonríe.

Manuel: ¡Magistral! Me quedo corto de palabras para describir el espectáculo que nos diste esta noche Estela.

El anciano saluda a la joven besándole el dorso de la mano.

Estela: Gracias don Manuel, pero siento que el mérito no debe ser para mí, sino para su nieta. De ella la fue la idea invitarme para realizar el programa.

Manuel: ¡Claro, claro! No podía quedarme sin felicitarte a ti hija (Le dice a Adela)

Adela: Gracias abuelito (Le da un breve abrazo y un beso en la mejilla) Yo creo que todos quedamos satisfechos con el trabajo. Fue casi que un reto profesional para mí.

Manuel: (a Estela) Pasando de las felicitaciones, quería compensar de algún modo que aceptaras asistir al programa.

Estela: Es usted muy amable con Manuel, pero no lo creo necesario.

Manuel: Tan siquiera podrías aceptarme una invitación a cenar ¿Te parecería bien mañana?

Estela: (sonriendo) Claro que sí, me parece bien, aunque no le aseguro que pueda mañana, pero por si algo estaré llamándolo. ¿Tiene celular?

Manuel: No me acostumbro a esos aparatos, pero sólo es cuestión de que te comuniques con mi secretaria y le dejes los recados.

Estela: Perfecto don Manuel. Quedamos así.

Adela observa que su abuelo y Estela se sonríen entre sí, algo que le incomoda.

INT. / MANSIÓN DOS SANTOS, HABITACIÓN DE CARLOTA / NOCHE



Carlota sigue en su tortuoso encierro, tirada en el piso, privada de sus brazos por la camisa de fuerza y de sus piernas por su invalidez. La mujer balbucea y se babea. Tiene la mirada perdida.



Carlota: Auxilio... Ah (Babeándose) No me dejen aquí... Sáquenme...

Concepción camina por el pasillo que da para el cuarto de Carlota y de nuevo se queda escuchando tras la puerta. La sirvienta liada por la intriga, gira la perilla pero se da cuenta que está bajo llave. Ante eso, Concepción se queda pensativa y minutos después, con un par de alfileres, trata de abrir la puerta. Lo intenta un par de veces, hasta que lo logra. Concepción ingresa al oscuro cuarto a pasos lentos.



Concepción: Señora Carlota...

En ese momento, la anciana se queda aterrada al ver el deplorable estado de Carlota y se lleva las manos a la boca.

Concepción: ¡Dios mío! ¿Qué significa esto? ¡Señora Carlota! (Se acerca a ella preocupada)

La visión de Carlota está borrosa, por lo que no distingue a Concepción.

Carlota: ¿Quién eres tú?

Concepción: Yo soy Concepción, señora. ¿No se acuerda de mí?

En ese momento, Carlota la logra reconocer y empieza a respirar agitadamente.

Carlota: ¡Concepción! ¡Ay Concepción! Ayúdame, sácame de aquí por favor.

Concepción: No entiendo nada. ¿Por qué estaba encerrada en este cuarto usted?

Carlota: (rompiendo a llorar) Estela me tiene encerrada. ¡Esa infeliz está loca y me quiere matar! Y yo no puedo hacer porque perdí mis piernas. ¡Estoy inválida Concepción! (Rota de dolor)

Concepción (desesperada): ¿Y qué hago? ¿Llamo a las autoridades?

Carlota: ¡No! No hagas eso. Eso no sería conveniente para mí. ¡Isabel! ¡Ella me puede ayudar! Está en un convento. Tienes que llevarme con ella.

En eso, Concepción escucha que ha llegado un auto y sale por un rato del cuarto para asomarse por una ventana. La anciana ve que es Estela quien llegó y regresa de inmediato al cuarto de Carlota.

Concepción: Estela acaba de llegar señora Carlota. ¿Qué hago?

Carlota: Por favor no te vayas. Yo no puedo pasar más tiempo encerrada aquí. Tú eres la única que me puede ayudar.

Concepción: Esto se me sale de las manos. Lo siento, pero le prometo que voy a pensar cómo ayudarla después (Intenta irse muy afanada)

Carlota: ¡No, por favor! Te lo suplico. No me dejes aquí o esa loca me va a matar Concepción. ¡Por favor! (Grita desesperada)

Concepción se queda unos breves segundos pensativa. Por otra parte, Estela entra a la mansión acompañada de Andrés.



Estela: ¡Por fin llegamos! ¡Estoy agotada! (Tira su bolso en un sofá y se sienta)

Andrés: ¿Se le ofrece algo más señorita Estela?

Estela: No Andrés. Te puedes retirar.

Andrés: Está bien. Buenas noches (Se va)

Estela: Me pregunto qué será de Carlota por estas horas. Pobrecita. Debe estar rete asustada volviéndose loca (Se ríe cínica) Iré a verla.

Estela se levanta del sofá y se dirige al cuarto de Carlota. Una vez que llega, gira la perilla con una mano, mientras con la otra sostiene un cuchillo. Ingresa al cuarto y ve a Carlota sentada en la silla de ruedas. La mujer mira a su sobrina con un profundo odio; su apariencia está desaliñada, poco comparable con la mujer de ímpetu y bien arreglada que era antes. Estela se acerca y sin decir nada comienza a caminar detrás de ella. Concepción está escondida en el baño y se entre asoma sin saber qué hacer.



Estela: Imagino que aún ni te habrás adaptado a tu nuevo ambiente y te entiendo, porque para mí tampoco fue fácil tenerme que adaptar a un manicomio sin estar enferma.

Carlota: No me puedes dejar toda la vida en este cuchitril torturándome y haciéndome lo mismo que te hicieron en el manicomio.

Estela: Eso no lo decides tú (Le habla al oído por detrás) Por lo pronto me conformo con hacerte sentir la cucaracha miserable que eres, hacerte ver que no vales nada.

Carlota: ¿Te crees muy superior a mí estúpida? ¡Somos tal para cual! Eres igual a mí sin importar las condiciones en que estemos.

Estela: (jalándola del pelo) ¡Cállate! (Le pone un cuchillo en el cuello, amenazando con degollarla) ¿Te sientes muy valiente para andar diciendo verdades? ¿Quieres que te recuerde lo patética que te ves estando en esta silla?

Carlota guarda silencio, pero hace una expresión de furia en el rostro.

Estela: De hecho siempre has sido patética, mucho antes de que me hicieras todo el daño que me hiciste por celos. Fuiste tan patética que hasta en una asesina te convertiste por depender de un hombre.

Concepción en el baño se consterna por lo que Estela le dice a Carlota.

Estela: Por fuera te mostrabas como una mujer de renombre y refinada, pero por dentro estabas podrida, sin contar tu vergonzoso pasado con el padre de Isabel. Sólo fue cuestión de que te embarazara para botarte luego como un trapo viejo.

Carlota (furiosa): ¡Eres una maldita infeliz, desgraciada!

Estela (furiosa): ¡Cállate y pídeme perdón, zorra! ¡Hazlo!

Carlota: ¡Vete a la mierda! (Llorando) ¡Púdrete y quédate esperando porque no te daré ese gusto! ¿Me oyes? ¡Le haría lo mismo a tu hermano otra vez si fuera preciso!

Estela: (respirando agitada) ¡Vas a lamentar haber dicho eso bruja!

De repente, Estela recibe un fuerte golpe en la cabeza y cae inconsciente al piso. Ha sido Concepción quien la ha golpeado muy nerviosa con una varilla que tomó del baño.



Concepción: (soltando la varilla) ¿Qué acabé de hacer Dios mío? Espero no haberla golpeado muy fuerte (asustada)

Carlota: Por esa no te preocupes Concepción. Ocúpate de sacarme ya mismo de aquí antes de que se despierte y nos mate a las dos. Revisa si tiene las llaves de su auto.

Concepción se inclina y esculca entre los bolsillos de la ropa de Estela, pero no encuentra las llaves.

Concepción: No las tiene señora. ¿Qué hacemos?

Carlota: Tienen que estar en su bolso. Hay que encontrarlo y buscar si están ahí. Debe tenerlo en su cuarto o en el despacho.

Minutos después, Concepción entra al cuarto de Estela, sin embargo no encuentra el bolso de ella por ninguna parte. Acto seguido va al despacho, busca sobre el escritorio, sobre las sillas, pero tampoco logra encontrarlo. Por otra parte, Carlota está en la sala de la mansión, impulsándose en la silla de ruedas y sin la camisa de fuerza puesta. En eso, ve el dichoso bolso de Estela sobre un sofá. Ella se acerca, lo abre y efectivamente ahí encuentra las llaves.

Carlota: ¡Concepción! (Gritando) ¡Concepción!

Concepción viene corriendo por un pasillo.

Concepción: Dígame señora.

Carlota: Ya encontré las llaves. Toma (Se las entrega) Sácame por la puerta de la cocina. Queda cerca del garaje en donde debe estar el auto. ¡Apúrate mujer!

Concepción coge las manillas de empuje de la silla y transporta a Carlota hasta la cocina. Una vez llegan, salen por la puerta trasera y luego se dirigen al garaje en donde está estacionado el auto de Estela. Concepción abre la puerta del copiloto y empieza a sonar la alarma de seguridad del vehículo. Carlota con algo de dificultad y con ayuda de sus brazos, se pasa de la silla al asiento del auto.

Carlota: ¡Dobla la silla de ruedas y métela atrás! ¡Rápido!

Concepción obedece cada instrucción de Carlota. Posteriormente, la primera se sube al asiento piloto del auto y arranca. Andrés desde adentro de la mansión observa como se van, por lo que corre al cuarto de Carlota y se encuentra con Estela desmayada todavía. Andrés se inclina e intenta despertarla.



Andrés: ¡Señorita! ¡Señorita, despiértese!

Estela: (despertando adormilada) Carlota… (Reacciona) ¿En dónde está Carlota? ¿A dónde se fue? (Se pone de pie al mismo tiempo que Andrés)

Andrés: Acabé de verla irse con doña Concepción en su auto.

Estela (furiosa): ¡Maldición! ¡Concepción lo descubrió todo! ¡Vieja estúpida!

Andrés: ¿Quiere que vaya tras ellas?

Estela: No. Iré yo misma en otro auto. Tú encárgate de prepararlo, no puedo permitir que se escapen.

Estela sale a toda prisa de aquel cuarto y va hasta su despacho. Busca entre los cajones de su escritorio, saca un pequeño cofre y a su vez, de ese cofre saca una pistola.

Estela: (mirando la pistola con seriedad) Esta va a ser noche de caza.

Y sin darse a la espera, la joven sale de la mansión por la entrada principal en donde el auto que le preparó Andrés ya está estacionado. Ella se sube y arranca a toda velocidad.

Estela: ¡No te me vas a escapar tan fácil Carlota! ¡Eso te lo aseguro!

Entretanto, Concepción conduce muy nerviosa por las desoladas y oscuras calles de la ciudad. Carlota mira constantemente hacia atrás.



Carlota: Tienes que acelerar Concepción. Nos urge llegar en cuanto antes a la vieja estación de tren de la ciudad. El último para a la media noche.

Concepción: Hago lo que puedo señora Carlota. Por favor no me ponga más nerviosa de lo que ya estoy.

En eso, Carlota observa aterrada por el retrovisor como se acerca detrás y a gran rapidez otro auto. Ahí va Estela, quien hace sonar la bocina y saca la cabeza por la ventana, como si estuviese desquiciada.

Estela: (gritando) ¡Voy tras de ti Carlota! ¡Te voy a atrapar!

Carlota: (llorando asustada) ¡No puede ser! ¡Ahí viene Concepción! ¡Haz algo! ¡Acelera!

Concepción: Si vamos más rápido nos podemos estrellar.

Carlota: ¡La tenemos que sacar de la carretera! ¡No estoy dispuesta a que esa loca me mate!

Carlota se estira y toma control del volante. La persecución se vuelve cada vez más intensa. Se escucha como las llantas de los autos queman y hacen un chirrido al voltear por varias curvas. Estela logra alcanzar al auto en que va Carlota y se igualan en la misma velocidad; ambas mujeres se miran retadoras y cada una trata de embestir al auto de la otra.

Concepción: ¿Qué piensa hacer señora?

Carlota: ¡Me voy a deshacer de esa estúpida aunque sea lo último que haga! ¡Aaaah!

En ese momento Carlota golpea fuertemente al auto en que va Estela y logra que se deslice por la carretera varias veces hasta impactar con un poste de luz. Estela se golpea la frente contra el volante, cosa que aprovecha Carlota para aventajarse. Concepción vuelve a tomar el control del carro.

Carlota: La estación de tren queda en esa esquina. ¡Detén el auto! (Concepción detiene el vehiculo) Saca la silla de ruedas.

Concepción se baja y saca la silla de ruedas de Carlota, la desdobla y le abre la puerta a la segunda. Carlota, impulsada por sus brazos, logra subirse a la silla.

Concepción: ¿En qué más le ayudo señora Carlota?

Carlota: Hasta aquí vienes conmigo. El resto puedo hacerlo yo sola. Voy esperar a que venga el próximo tren

Concepción: ¿Está segura que puede llegar al convento de su hija usted sola?

Carlota: Puedo pedir la ayuda de alguien durante el camino. Lo mejor es que tú te vayas y te escondas muy bien de Estela, porque ya sabes lo peligrosa que puede llegar a ser.

Concepción: Está bien.

Carlota: Vete en el auto y alójate en un lugar donde ella no te pueda encontrar. Te prometo que al tiempo haré lo posible para encontrarte y compensarte por haberme ayudado.

Concepción: Se lo agradezco señora.

Carlota: ¡Ya, vete!

Concepción asienta con la cabeza y vuelve a subir al auto. Lo enciende y mira para atrás, quedándose sorprendida al ver que Estela viene.

Concepción: (asomándose por la ventana) ¡Señora Carlota! ¡Es Estela otra vez! ¡Escóndase!

Concepción arranca y se va lo más rápido que puede, ya que su edad no le permite conducir con más velocidad. Carlota mira desesperada para todos lados, sin saber en dónde ocultarse en la fría, sola y abandonada estación de tren. Por su parte Estela, con una herida en la frente y viniendo en su auto, logra observar que Carlota no va en el otro auto con Concepción.



Estela: ¡Las alcancé! No podían estar muy lejos, pero Concepción va sola. De ella me encargo después. Carlota debe pretender subirse al próximo tren...

Estela detiene el carro, coge la pistola, se baja y entra corriendo a la estación de tren. Carlota está escondida tras una pared y logra ver a Estela. La asustada mujer guarda silencio.

Mientras tanto, Concepción maneja, nerviosa y angustiada por una carretera que dirige a la ciudad.

Concepción: Dios mío, ayúdame. No permitas que esa muchacha esté siguiéndome (Mirando para atrás)

Cuando Concepción voltea, se asusta al ver venir frente a ella un gran camión, que la ilumina con las luces delanteras. Intenta esquivarlo, pero termina volcándose por un barranco repetidas veces.



INT. / ESTACIÓN DE TREN / NOCHE



Estela: Carlota... ¿En dónde estás tiita? Tenemos que ir a casa. No te hagas la difícil conmigo, porque si es preciso te voy a encontrar hasta debajo de las piedras.

Estela se pasea por la estación.

Estela: ¡Vamos! ¡Sal de donde estés porque de igual manera te vas a morir esta noche! ¿Me oyes? ¡Te voy a matar! (Da un disparo al aire)

Carlota suda; su corazón late más rápido de lo normal.

Estela: ¿Sabes? Con esto me das a entender que a pesar de todo me temes, porque tú nunca te imaginaste que me convertiría en tu peor pesadilla. ¿Verdad?

La malvada muchacha mira para todos lados, tratando de encontrar a Carlota.

Estela: Yo sé que estás aquí. ¡Sal de una buena vez! (Dispara dos veces seguidas al aire) Estás acabando con mi paciencia. ¡Sal! Ya no tienes escapatoria.

De repente, se oye un sonido. Es el tren de la media noche que se asoma a lo lejos. Carlota no ve a Estela por ninguna parte y decidida, sale de su escondite, cuando es sorprendida por detrás por su sobrina.

Estela: ¡Te atrapé vieja perra!

Estela se hace frente a Carlota y le apunta con la pistola.

Estela: ¡Llegó la hora de que te mueras!

Carlota (desesperada): ¡Espera! No me mates, por favor. Ten piedad. ¡Mira lo que me has hecho! ¡Me dejaste paralítica de por vida! Me obligaste a divorciarme de Alexis. ¡Ya estoy acabada! ¿Qué más quieres? (Le grita desgarrada)

Estela: ¡Quiero que me pidas perdón! ¡Suplícame que te perdone en este momento y te dejaré con vida! ¡Hazlo!

Carlota ve que el tren se acerca cada vez más y con total decisión, intenta quitarle con sus manos la pistola a Estela. Las dos mujeres empiezan a forcejear con el arma. Sin darse cuenta, Carlota está próxima a caer en la vía del tren.

Estela: ¡Suéltala! ¡Ya, suéltala!

De repente, la silla de Carlota se resbala y la mujer cae en la vía férrea en cámara lenta. Ella se queda atorada por la misma silla. Estela desde el andén se queda sin saber qué hacer.

Carlota: (llorando desesperada) ¡Ayúdame! ¡Ayúdame! ¡Pronto! ¡Te lo suplico! No me dejes aquí.

Estela le sonríe con malicia a su desesperada tía y se va sin decir nada más.

Carlota: ¡No me dejes aquí! ¡Ayúdame! (Grita desgarrada)

Carlota ve venir su muerte. Recuerdo cuando empujó en un arranque a Sebastián por las escaleras de la mansión y cómo envenenó a su padre adoptivo cuando ella era una jovencita. Carlota llora, sintiéndose perdida.

Carlota: ¡Nooooooooooo!

Ese último grito de Carlota se escucha en un eco profundo. El tren irreversiblemente pasa por la vía y Carlota sufre una trágica muerte.

CONTINUARÁ…

No hay comentarios.:

Publicar un comentario