sábado, 6 de diciembre de 2014

Capítulo 17: Acertijo

EXT. / ESTACIÓN DE TREN / NOCHE

Estela sale de la estación y ve que el tren ha seguido su curso por la vía. Se siente incapaz de mirar hacia atrás e imagina que Carlota ya murió. La muchacha se llena las manos a la cabeza, sin saber qué hacer y sube a su auto, arranca y se va. Durante el camino, no deja de recordar en las últimas súplicas de vida de su tía, cuando estaba atorada en la vía férrea por la silla de ruedas y el tren se acercaba.



Estela (desesperada): ¡Ya, basta! ¡Carlota ya está muerta! ¡Ya está muerta! (Detiene el auto y le pega al volante)

Estela rompe a llorar frustrada y consternada. Una hora después, Estela llega en su auto a la mansión y ve un auto de la policía, estacionado afuera. La muchacha se asusta un poco por eso, pero decide salir del vehículo y entrar a la mansión. En la sala, ve a dos policías uniformados. Andrés está con ellos.



Estela: Buenas noches. ¿En qué puedo atenderlos?

Policía 1: Buenas noches. ¿Es usted la señorita Estela Martínez?

Estela: Sí, soy yo, pero les reitero mi pregunta. ¿Cuál es el motivo de su visita agentes?

Policía 2: Señorita, encontramos hace una hora un auto medio calcinado, cerca a la carretera que dirige a la ciudad. La placa está registrada con su nombre.

Estela (sorprendida): ¿Un auto calcinado? (Recuerda que Concepción se fue en su otro auto) ¿Y encontraron a alguien dentro?

Policía 1: No, el auto estaba vacío. Un conductor de camión nos llamó e informó del accidente. Dijo que había una anciana conduciendo, que intentó esquivarlo y fue cuando ella cayó por el abismo, pero nos desconcertó porque no encontramos a nadie en el auto.

Estela se queda unos breves segundos pensativa.

Estela: Eso me deja mucho más preocupada agentes. Es que ustedes no saben, pero… Esa anciana que iba conduciendo mi auto es Concepción, mi empleada.

Policía 1: ¿Su empleada?

Estela: Sí. Ella secuestró a mi pobre tía Carlota, que es inválida. La secuestró y no sé bajo qué razones.

Policía 2: ¿Podría aclararnos más lo que nos dice? (Empieza a tomar apuntes en una libreta) ¿Cómo sabe usted que su empleada secuestró a su tía?

Estela: Porque estaba dándole de comer a mi tía, cuando Concepción me golpeó en la cabeza sin que pudiera darme cuenta. Yo caí desmayada. Miren (Les señala una herida que tiene en su frente) Esto me lo hizo ella al golpearme con algo, no sé qué.

Policía 1: ¿Y puede explicarnos por qué acaba de llegar y no dio aviso a las autoridades?

Estela: Andrés, mi mayordomo aquí presente, las vio irse y él corrió hasta el cuarto de mi tía para despertarme. ¿No es cierto Andrés?

Andrés asienta con la cabeza.

Estela: Yo no pensé en otra cosa que ir tras mi indefensa tía (cínica) Intenté seguirlas, pero les perdí el rastro

Policía 1: Esto es más complejo de lo que pensamos señorita. Tendríamos que haber encontrado en el auto los cuerpos ambas mujeres, por lo menos el de su tía que siendo inválida, no habría podido salir a tiempo, cosa que su empleada probablemente sí pudo.

Estela: Yo tampoco me lo puedo explicar. Fue un alivio que llegara y justo los viera a ustedes aquí para reportar el secuestro de mi tiita que me tiene tan angustiada.

Policía 2: Vamos a hacer lo posible para localizarlas, pero necesitamos que usted nos facilite una foto de su tía o de la secuestradora.

Estela: Claro, ya mismo. Déjenme ir por una.

Estela se retira para buscar una foto de Carlota. Andrés mira con duda a Estela por el falso testimonio que dio. La muchacha les da la foto a los policías, quienes se despiden de ella y acto seguido se van.

Andrés: Señorita, no quiero parecer un entrometido, pero me preguntaba qué fue lo que pasó y por qué le dijo eso a la policía, sólo para saber en qué le puedo ayudar.

Estela: No me puedes ayudar en nada Andrés. Pasó lo que tenía que pasar.

Andrés: Discúlpeme, pero no le entiendo.

Estela: (mirándolo seria) Carlota está muerta. No pienso entrar en detalles, así que limítate con saber eso. Cuando la policía la encuentre, inmediatamente van a acusar a Concepción por el testimonio que les di.

Andrés: Pero no le conviene que la policía arreste a doña Concepción. Ella sí bien puede acusarla a usted de la muerte de su tía y abrirían una investigación.

Estela: Hay que deshacernos de todo lo que nos pueda comprometer del encierro en el que teníamos a Carlota. Encárgate tú.

Andrés: Como ordene.

Estela sube las escaleras hacia su cuarto sin decir nada más.

INT. / CASA DE DON MANUEL, COMEDOR / AL DÍA SIGUIENTE

Don Manuel está desayunando solo. La sirvienta termina de servirle el café y en eso, viene Adela con un computador portátil, sonriendo muy feliz.



Adela: ¡Buenos días abuelito! (Lo besa en la mejilla y se sienta)

Manuel: Buenos días hija. Noto que amaneciste de muy buen humor. ¿Puedo saber el por qué?

Adela: Fíjate que ya salieron los resultados de los índices de audiencia de ayer y el show con Ishtar Jade ocupó el primer lugar en sintonía.

Manuel: (sonriendo) Me alegra mucho oír eso Adela, aunque ya me lo esperaba. Todo estuvo muy bien preparado con antesala.

Adela: Quise esforzarme lo más que pudiera y lo logré. Tampoco podía decepcionarte sabiendo que me habías dado la oportunidad de presentar un programa en un horario tan importante, aunque a ti también te ha cambiado el semblante.

Manuel (sorprendido): ¿Por qué lo dices?

Adela: Porque te noto más amable, ilusionado, más vanidoso desde el día de tu cumpleaños… Cuando conociste a Estela (Dice con doble intención)

Manuel: No todos los días se tiene la oportunidad de que una artista con el renombre que tiene Estela sea tan cercana a uno.

Adela: ¿Estás seguro que sólo es eso abuelito? ¿O estás viendo a Estela como algo más? Ya sabes a qué me refiero… Si la ves como mujer.

Manuel guarda silencio un breve momento, pensativo.

Manuel: Podría ser, pero mírame hija. Ya estoy viejo como para estar persiguiendo a una muchacha veinteañera como un adolescente.

Adela: ¿Quieres decir que si ves a Estela como mujer? ¿Te gusta?

Manuel: Ya te respondí lo que te tenía que responder, así que es mejor que dejemos la conversación hasta aquí. Desayuna, está delicioso.

Adela decide no hacerle más preguntas a don Manuel, deja el computador a un lado y empieza a desayunar.

INT. / ESTACIÓN DE TREN / DÍA

En la vieja estación de tren de la ciudad, la misma en donde Carlota murió, hay varios policías. Tienen la vía férrea tapada con una cinta amarilla. El equipo forense se está llevando sobre una camilla el cuerpo sin vida de Carlota, cubierto por una sábana blanca, mientras otro equipo le toma varias fotos al lugar exacto donde encontraron el cuerpo. Los detectives Robles y Lautner le hacen unas preguntas a un anciano.



Detective Robles: (al anciano) ¿Dice usted ser vigilante de esta estación de tren?

Anciano: Sí detective, pero como verá la estación es vieja y nadie la frecuenta, aunque el último tren hace una parada final aquí a la media noche y vuelve a su camino.

Detective Lautner: ¿Y por qué razón no estaba vigilándola anoche?

Anciano: Rara vez vengo para revisar que no haya nada raro. A veces me doy una vuelta por día cuando ya se está atardeciendo o vengo por las mañanas para barrer las hojas de los árboles, como hoy cuando vi a esa mujer casi que… descuartizada

Detective Robles: Está bien señor, le agradecemos su colaboración. Si necesitamos hacerle más preguntas lo llamaremos.

Anciano: Como gusten señores detectives.

El anciano se va. Robles se acerca a la cinta amarilla, saca un pañuelo y una bolsa transparente de su chaleco y luego se inclina para recoger una pistola, la cual coge con el pañuelo y mete en la bolsa.

Detective Lautner: ¿Qué crees que pasó?

Detective Robles: (incorporándose) La verdad no me lo imagino, pero habrá que esperar el análisis forense del cuerpo de la mujer para sacar posibilidades.

Los de detectives se miran.

INT. / MANSIÓN DOS SANTOS, BAÑO / DÍA

Estela está en la tina, pensativa, con el cabello recogido y los ojos cerrados. Intenta relajarse un poco. Sin que se dé cuenta, al baño entra una persona misteriosa. Estela abre los ojos y se queda aterrada al ver a Carlota, quien comienza a ahorcarla y hundirla dentro del agua.



Carlota: ¡Te voy a matar desgraciada! ¡No me quisiste ayudar a salir de la vía del tren y por eso ahora te voy a matar! ¡Muérete! (Hundiéndola)

De repente, Estela despierta sobresaltada y respirando agitada. Estaba teniendo una pesadilla y se había quedado dormida en la tina.

Estela: ¡Yo no lo hice! (Se cubre los oídos, desesperada) Yo no maté a Carlota. Fue un accidente. Estaba en mi derecho de no quererla ayudar.

La muchacha sale de la tina, al tiempo que se cubre con una toalla. Luego de que ya se ha vestido, se mira al espejo, peinándose tiene un recuerdo de la conversación que tuvo con Concepción.

FLASH BACK

Estela: Bueno, sólo quería saber eso. Disculpa que te haya bombardeado de preguntas cuando recién llegas, pero necesitaba aclarar un par de cosas. Gracias Concepción.

Concepción: Tal vez te sirva de ayuda el ático. Hay muchas cosas allí guardadas de la época de tu abuelo, álbumes de fotografía, papeles, objetos, aunque no sé si la señora Carlota las botaría después de que se casó.

Estela: Luego me doy una vuelta por allá

FIN DEL FLASH BACK

Estela: (dejándose de peinar) El ático…

Minutos después, Estela entra al ático de la mansión. Hay varios muebles cubiertos por sábanas blancas, objetos, cuadros y pinturas empolvados por el tiempo. Estela se cubre la boca y la nariz para no aspirar el polvo y se pasea por toda la habitación. Ve colgada en la pared una gran foto enmarcada de su abuelo, el señor Dos Santos.

Luego coge dentro de una caja, un álbum de fotografías viejas. Lo abre y empieza a mirar varias fotos de su madre y de Carlota cuando éstas eran jóvenes. También en otra foto se ve ella misma fotografiada de cuando tenía cinco años con Sebastián, de tan solo dos. Estela acaricia con nostalgia esa foto y sigue pasando las páginas del álbum. En eso, ve una en particular que le llama la atención. Es don Manuel, mucho más joven y usando un uniforme de mayordomo.

Estela (sorprendida): Este es... Don Manuel.

Estela quita la foto del álbum y la voltea. Encuentra al revés una inscripción escrita por su abuelo.

Estela: (leyendo) "Mi amigo, confidente y mayordomo Manuel Saín" (Impactada) No, imposible... No puede ser...

Estela sigue buscando más fotos en el álbum y encuentra otras en las que también sale capturado don Manuel. La joven muy consternada, suelta el álbum

Estela (exaltada): ¿Qué significa todo esto? Don Manuel… y mi abuelo eran amigos.

Estela tiene otro recuerdo de una parte de la conversación que tuvo con Concepción.

FLASH BACK

Estela: ¿Y sabes quién es el padre de Isabel? ¿Qué fue de él?

Concepción: Era el hijo del mayordomo de la casa. La señora Carlota tuvo una relación a escondidas con él, hasta que descubrió que estaba embarazada. Recuerdo el conflicto que hubo entre ella y el señor Dos Santos, inclusive él estaba dispuesto a desheredarla, pero a los pocos días murió.

FIN DEL FLASH BACK

Estela: Entonces... Si Carlota se embarazó del hijo del mayordomo, osea Manuel Saín, quiere decir que Alfredo era ese hombre y por tanto es el padre de Isabel. Isabel y Alexis son hermanos.

Estela continúa impactada.

INT. / DISQUERA STYLE MUSIC, PISO PRINCIPAL / DÍA

Mariana trabaja en su puesto muy concentrada, cuando del ascensor se bajan los detectives Robles y Lautner, que se acercan a ella.



Detective Robles: Buenas tardes. Soy el detective Alberto Robles y ella, mi compañera Sally Lautner (Cada uno muestra su placa) Buscamos a la señorita Estela Martínez.

Mariana: Ella no se encuentra en este momento, pero pueden dejarle una razón conmigo. Soy su secretaria.

Detective Lautner: La información que tenemos que darle es algo confidencial, se trata de su tía Carlota Dos Santos. La señorita Estela reportó a la policía que fue secuestrada y por una foto que les dio, logramos reconocer un cuerpo.

Mariana (sorprendida): Dios mío... ¿Doña Carlota muerta?

Detective Robles: ¿Podría usted proporcionarnos sus números de contacto y dirección?

Mariana: Claro que sí.

Mariana les da a los detectives los datos de contacto de Estela.

EXT. / BARRIO / DÍA

Estela ha llegado a un barrio pobre de la ciudad. Está sentada en los asientos traseros de su auto, conducido por Andrés. La joven usa sus típicas gafas de sol.



Estela: ¿Es aquí?

Andrés: Esta es la dirección que me dijo señorita.

Estela mira hacia una casa en particular y luego saca de su bolso una de las fotos que sacó del álbum, en la que aparece una mujer mayor junto a ella, de niña. Estela vuelve a meter la foto en su bolso, se baja del carro y toca en la puerta de la casa que estaba mirando. La misma señora de la fotografía, pero más canosa y usando lentes, le abre.



Señora: ¿Le puedo ayudar en algo muchacha?

Estela: ¿Es usted doña María?

Señora: (extrañada): Sí, soy yo. ¿Quién es usted?

Estela: Me llamo Estela... Estela Martínez. ¿Me recuerda? Yo soy la hija de Virginia Dos Santos.

La mujer se sorprende al oír el nombre de Estela. Minutos luego, la señora María le sirve a Estela un café, quien está sentada en un humilde sofá. La primera se sienta en otro sofá frente a Estela.

María: Nunca me esperé volver a ver a alguien de la familia Dos Santos, mucho menos me imaginé que la misma cantante famosa de la que todos hablan fuera aquella niña de la que fui nana. Ya estás hecha toda una mujer (Le sonríe con ternura)

Estela: Los recuerdos que tengo de usted son muy escasos, pero sé que era mi nana.

María: También lo fui de tu madre que en paz descanse y de... Carlota. ¿Cómo fue que me encontraste?

Estela: Hoy descubrí un álbum de fotos. En una de ellas estábamos usted y yo. Seguí buscando objetos de mi abuelo y encontré una agenda de él. Ahí vi su dirección.

María: Imagino que no habrás venido sólo para hacerme la visita. ¿O me equivoco?

Estela: (bebiendo el café) Imagina bien. Yo necesito hacerle muchas preguntas, muchas cosas que no sé sobre el pasado de mi familia. Es muy importante para mí, por eso le pide que no se abstenga de contarme nada.

María: ¿Qué te gustaría saber?

Estela: Podría empezar por decirme cuántos años trabajó en la mansión. ¿Por qué se fue?

María: Realmente no me siento muy cómoda recordando aquellos tiempos, pero tratándose de ti, haré un esfuerzo (Hace una pausa) Yo ya trabajaba para tus abuelos cuando ellos esperaban su primer hijo.

Estela: ¿Mi tía Carlota?

María: (negando con la cabeza) No. Desafortunadamente tu abuela tuvo complicaciones y perdió al niño. Recuerdo lo mal que la pasó el señor Dos Santos en ese entonces. Los dos estuvieron muy deprimidos durante mucho tiempo, hasta que…

La señora María hace otra pausa. Estela la escucha atenta.

María: Hasta que un amigo sacerdote encargado de un orfanato les pidió que adoptaran a una niña de cinco años. Ellos liados por la pérdida de su otro hijo, se apegaron de inmediato a aquella niña, realizaron todo el papeleo para la adopción y la llamaron Carlota.

Estela (impactada): ¿Mi tía Carlota era adoptada?

María: Sí. Tu madre Virginia vino después. Carlota siempre se sintió bajo la sombra de ella, recuerdo las pataletas que hacía cuando tus abuelos le negaban algo y se lo daban a Virginia. Siempre fue una muchacha de mala voluntad.

Estela: Supe por otra empleada que trabajaba para mi abuelo de la relación que tuvo Carlota a escondidas con Alfredo… El hijo del mayordomo.

María: (agachando la cabeza) Él también era mi hijo.

Estela: ¿Alfredo era su hijo? ¿Entonces usted…? (Cada vez más sorprendida)

María: Así es. Manuel y yo fuimos novios, pero nunca nos casamos como tal. De nuestra relación, nació Alfredo. Tu abuelo siempre fue muy bueno con nosotros (solloza). Por eso me sentí tan apenada con él cuando Alfredo embarazó a Carlota y escapó.

Estela: El resto ya me lo sé, sobre la intención de mi abuelo de desheredar a mi tía por eso.

María: Fue algo demasiado vergonzoso. Poco después de que el señor Dos Santos murió, Carlota me echó a la calle. Yo nunca fui santa de su devoción. La que se opuso fue Virginia, pero no pudo hacer nada.

Estela: ¿Y nunca supo nada más de Alfredo y de Manuel?

María: Fueron ellos los que no quisieron saber nada más de mí. Los dos se forjaron riquezas, Manuel como dueño de un canal de televisión y Alfredo de una disquera, aunque hace poco enteré de la muerte de Alfredo por las noticias.

Estela: Eso quiere decir que usted no conoce a sus nietos.

María: La verdad no, aunque tan sólo he tenido la oportunidad de ver a uno de ellos, a Alexis, por una foto del periódico en la que se anunciaba su boda precisamente con Carlota. No tengo idea de cómo pudieron conocerse.

Estela tiene un recuerdo, de una conversación que una vez tuvo con Adela.

FLASH BACK

Estela (pensativa): Esto sí que no me lo esperaba. Entonces eres prima de Alexis Saín, ¿no? ¿Por qué tu apellido es Parker en vez de Saín?

Adela: La familia Saín es mi familia materna y mi nombre completo es Adela Parker Saín. Ya más adelante apartaremos un tiempo para charlar y hablar de nuestras vidas. Yo me debo ir y tengo cosas pendientes por hacer en el canal.

FIN DEL FLASH BACK

Estela: (dejando de recordar) ¿Y qué hay de su hija?

María (extrañada): ¿Hija? ¿A qué hija te refieres?

Estela: Usted y don Manuel tuvieron una hija, ¿no es así? ¿Qué fue de ella?

María: Tal vez estás confundida o equivocada, pero a parte de Alfredo, Manuel y yo no tuvimos más hijos.

Estela: ¿Qué? Eso es imposible. Doña María, yo conozco a Alexis desde que era novio de Carlota. Tiempo después también conocí a Alfredo. Él fue quien me convirtió en cantante.

María (sorprendida): ¿Los conociste?

Estela: Sí, y no solo a ellos. También a don Manuel lo conocí hace unos días y por casualidad me di cuenta que Alfredo era hijo de él. El caso es que hoy descubrí gracias a una foto vieja que don Manuel fue amigo de mi abuelo.

María: Ahora entiendo con más claridad por qué viniste a verme.

Estela: Por eso necesitaba que usted me aclarara todo esto. Comprenderá que fue una sorpresa para mí descubrir que los Saín pudieran haber tenido tanta relación con mi familia en el pasado, y que yo los hubiera conocido sin imaginarme nada.

María: Todo fue una mera casualidad.

Estela: Al principio, cuando vi la foto de don Manuel, no estaba segura de mis suposiciones, pero ahora con todo lo que usted me acabó de contar, lo confirmé.

María: Si Manuel y tú se conocen, él debe saber muy bien que eres una de las nietas del señor Dos Santos. ¿Por qué no te dijo que fue amigo de tu abuelo?

Estela: No lo sé, pero sospecho que no me lo dijo para ocultar algo, algo que seguramente tiene que ver con Adela.

María: ¿Quién es Adela?

Estela: Es una de las nietas de don Manuel. Ella me dijo que la familia Saín es su familia materna, osea que su madre tuvo que ser hija de don Manuel, sin embargo usted me acaba de decir que no tuvo más hijos con él.

María: A lo mejor, después de que me fui de la mansión Dos Santos, Manuel tuvo una hija con otra mujer, pero sólo lo supongo.

Estela se queda pensativa, cuando de repente, recibe una llamada en su celular. Ella lo saca de su bolso y contesta.

Estela: ¿Aló? (Hace una pausa) ¿Encontraron un cuerpo? Está bien, ya salgo para allá (Cuelga)

María: ¿Debes irte?

Estela: (levantándose del sofá) Sí, debo atender un asunto importante. Le agradezco mucho haberme aclarado tantas dudas doña María. Disculpe que la haya molestado.

María: No te preocupes. Fue bueno verte después de más veinte años (Le sonríe) Ojalá que te vaya muy bien muchacha.

Estela: Gracias.

Estela pone la taza de café que se estaba tomando sobre una mesa. Doña María la acompaña a la puerta.

INT. / BODEGA ABANDONADA / NOCHE

La noche cae sobre Miami. En una bodega abandonada de la ciudad, de escasa luz, hay una persona misteriosa recortando letras de revistas y periódicos, las cuales pega en una hoja de papel, formando así palabras. La persona se detiene y mira hacia su derecha, en donde está Marcela, durmiendo en una modesta cama. Luego mira hacia un tablero colgado en la pared, en el que hay pegadas varias fotos de Ishtar Jade. La persona coge un cuchillo y con él, empieza a partir por la mitad una a una las fotos de Estela.

INT. / MORGUE / NOCHE

Estela ingresa a un cuarto frío, acompañada de los detectives Robles y Lautner. En ese cuarto y acostado sobre una camilla, está el cuerpo sin vida de una persona, cubierto por una sábana blanca.



Estela (insegura): ¿Es necesario que sea yo la que reconozca el cuerpo?

Detective Robles: Fue usted quien presentó la denuncia del secuestro de su tía.

Estela: Está bien (Respirando profundo antes de mirar el cuerpo)

Un asistente levanta la sábana blanca, Estela al ver el cuerpo, voltea de inmediato el rostro para otra parte y se lleva una mano a la boca.

Estela: Sí, ella es mi tía Carlota.

El asistente vuelve a cubrir el cuerpo de Carlota con la sábana.

Detective Lautner: Parece ser que su tía fue empujada a propósito hacia la vía férrea de una vieja estación de tren por la secuestradora. Encontramos en la escena del crimen una pistola, pero no fue utilizada.

Estela: Era imposible que mi tía pudiera defenderse porque estaba paralítica (cínica) Pobrecita. Yo me voy a encargar de todos los gastos fúnebres. ¿Y qué van a hacer con la asesina? ¡Tiene que pagar por haber matado a mi tía!

Detective Robles: Haremos lo posible por encontrarla. Con el retrato hablado que tenemos, sería imposible para ella salir de la ciudad.

Minutos después, Estela sale pensativa del cuarto y se sienta en una silla.

Estela (pensando: Carlota quedó irreconocible. La manera en que murió fue horrible, pero yo no tuve la culpa. La silla de ruedas se resbaló. No fue mi culpa)

De repente, Alexis llega bastante alterado a la morgue con Mariana. Él se acerca a Estela. Ésta al verlo se levanta de la silla.



Estela (sorprendida): ¡Alexis! ¿Qué haces aquí?

Alexis (desesperado): Dime que el cuerpo que viste no era el de Carlota. ¡Dímelo!

Estela: (a Mariana) ¿Tenías que correr para contarle algo tan delicado a Alexis?

Mariana: Era mi deber informarle. Doña Carlota era su esposa.

Alexis: Ahora no es momento de que regañes a Mariana. Explícame qué fue lo que pasó con Carlota.

Estela guarda silencio, sin saber qué decirle a Alexis.

Alexis: ¡Respóndeme! (La toma de los brazos muy alterado)

Estela: (soltándose) ¿Para qué quieres saber si tú nunca la amaste? ¡La engañaste conmigo! La pisoteaste como si valiera nada.

Alexis: No pienso discutir contigo eso. Sólo me importa Carlota en este momento.

Estela: ¡Pues bien! ¡Está muerta! La policía encontró su cuerpo esta mañana en una estación de tren. ¡Mi tía está muerta!

Alexis y Mariana se quedan impactados al oír a Estela. Alexis no lo puede asimilar, empieza a caminar desesperado de un lado a otro.

Alexis: Estás mintiendo… ¡Carlota no puede estar muerta!

Estela: Lo está. Tristemente así es. Yo misma acabé de reconocer su cuerpo y ahora que lo sabes, ya no necesitamos nada más de qué hablar tú y yo.

Estela mira por última vez a Alexis y se va. Alexis se apoya en la pared, muy consternado y no puede evitar que se le salten las lágrimas. Mariana se acerca a él para consolarlo.

Mariana: Alexis… (Le pone una mano en la espalda)

Alexis: ¡Déjame! (Le grita al tiempo que rompe en llanto y se va de la morgue)

Mariana: ¡Alexis, espera! (Sale tras él)

Pero Alexis ignora a Mariana, se sube a su auto y arranca a toda velocidad. Mariana lo ve irse muy preocupada y de inmediato, toma un taxi.

Mariana: (subiéndose atrás del taxi) ¡Siga a ese auto, por favor! ¡Rápido! (Le dice al conductor señalándome el auto de Alexis)

Alexis dentro de su vehículo, llora y conduce excediendo el límite de velocidad, arriesgándose a causar un accidente.

INT. / MANSIÓN DOS SANTOS, HABITACIÓN DE ESTELA / NOCHE

Estela está maquillándose frente al espejo. Mientras se pinta los labios de un rojo profundo y sensual, ve su reflejo con una mirada penetrante.



Estela: Esta noche voy a descubrir qué tanto oculta don Manuel Saín. Ya llamé a su secretaria para que le comunique el lugar de nuestra ansiada cita (sonríe sagaz)

La muchacha termina de maquillarse, coge su bolso y sale de la habitación, pero en la sala se encuentra con Andrés.



Andrés: Disculpe señorita, pero acaban de tirar este sobre anónimo bajo la puerta. Está dirigido a usted (se lo entrega y ella lo recibe)

Estela (extrañada): ¿Sobre anónimo? Ok, puedes retirarte.



Andrés se va. Estela rasga el sobre y saca la carta. La desdobla y se impacta al leer con letras recortadas de periódicos la palabra "Asesina".

Estela (asustada): ¿Qué es esto?

Estela ve que el sobre contiene más cosas, pero lo que más le impresiona es ver unas fotos tomadas de la noche anterior, cuando forcejó con Carlota en la estación de tren e hizo que se resbalara y cayera en la vía férrea. Estela empieza a respirar agitada, sin entender qué pasa y saca del sobre otra carta con más recortes de letras de periódicos.

Estela: (leyendo) “Sé muchas cosas sobre ti que no te convienen, así que si quieres que lleguemos a un acuerdo, descifra el acertijo para esta misma noche. Qué empiece el juego. ¡Suerte!” “Frente a la cruz matusalena nunca rías sin cesar o por el contrario a la hora a tiempo no vas a poder llegar” (Deja de leer) ¿Quién demonios me pudo mandar esto? Es imposible que alguien que me haya visto. ¿Cómo fue que me tomaron estas fotos? ¡Andrés! ¡Andrés!

Andrés acude a Estela.

Andrés: Dígame señorita. ¿Pasa algo?

Estela (alterada): ¿No viste quién fue el estúpido que tiró esto bajo la puerta?

Andrés: No. Cuando tocaron el timbre, fui a abrir, pero no vi a nadie, sólo encontré el sobre tirado en el piso.

Estela: ¡Debiste fijarte bien! ¡Inepto!

Andrés: Lo siento mucho (agacha la cabeza) Lo tendré en cuenta para una próxima vez.

Estela: Voy a salir. Te quedas al pendiente de la mansión.

Estela sale muy de prisa.

INT. / CASA SAÍN / NOCHE



Alexis entra a su casa. Prende las luces, sintiéndose desorientado. Ve puesta sobre una mesa una foto enmarcada de él y Carlota, el día que se casaron. La coge y la mira con los ojos sollozos.



Alexis (dolido): Carlota… (Derrama un par de lágrimas, pero se las limpia)

Alexis camina a pasos lentos hasta su cuarto, con la foto en mano. Al llegar, mira para todos lados, sintiendo un enorme vacío dentro de toda la habitación. Después camina hasta el baño, abre la ducha y sin desvestirse, se mete y se derrumba en el suelo, abrazando la foto y rompiendo en llanto.

Alexis: (gritando desgarrado) ¡Carlota! ¡Carlota, perdóname! ¡Perdóname!

Afuera de la casa, Mariana llega en el taxi, le paga al conductor y se baja. La muchacha toca la puerta varias veces.



Mariana: ¡Alexis! ¡Alexis, ábreme! (Tocando)

INT. / HOTEL, SUITE PRESIDENCIAL / NOCHE

Don Manuel se encuentra sirviéndose un trago en una copa. Se lo bebe de un solo sorbo y luego se desabrocha un tanto la corbata. Él mira un reloj colgado en la pared, que está marcando las nueve de la noche.



Manuel: Estela ya no debe de tardar en llegar. No me imaginé que esa muchacha se volvería a cruzar en mi vida (Se sirve más licor) Pero ahora no representa para mí ninguna amenaza. Todo lo contrario… (Se vuelve a beber el licor de un sorbo) Ya es toda una mujer muy hermosa

De repente, suena el citófono de la habitación y don Manuel contesta.

Manuel: ¿Sí? ¿Estela Martínez? (Hace una pausa) Claro que sí, que suba

Don Manuel cuelga sonriendo. Luego de un minuto, tocan la puerta, por lo que el anciano no se tarda en ir a abrir.

EXT. / CASA SAÍN / NOCHE

Un vigilante del vecindario, está ayudándole a Mariana a abrir la puerta de la casa Saín.



Mariana: Por favor apúrele señor. Me urge entrar.

Vigilante: Hago lo que puedo señorita. Espere un momento (Forzando la cerradura con unas herramientas)

El vigilante logra abrir la puerta exitosamente. Mariana no se da la espera y entra a la casa corriendo.

Mariana: ¡Alexis! ¿En dónde estás? ¡Respóndeme, por favor!

Mariana comienza a preocuparse al no ver por ninguna parte a Alexis. Va hasta el cuarto de él y escucha la ducha abierta.

Mariana: ¿Alexis? ¿Estás aquí?

Ella se acerca al baño y se lleva las manos a la boca al ver a Alexis inconsciente y con la muñeca de la mano derecha desangrándose; se ha cortado las venas con una máquina de afeitar y a un lado está tirada la foto.

Mariana (aterrada): ¡Alexis! ¡Por Dios! ¿Qué hiciste? (Se inclina para intentar despertarlo) ¡Auxilio, ayúdenme! ¡Necesito ayuda!

Mariana no sabe qué hacer y sólo se le ocurre sacar su celular para llamar a un hospital.

CONTINUARÁ…

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